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Dias. Semanas. Meses.

no sé con certeza cuánto había pasado en esa habitación oscura y húmeda aferrándome a mí hermana mientras el olor fétido a descomposición de nuestra progenitora se desprendía por toda la sala y nublaba cualquier pensamiento coherente, lo único que podíamos hacer era rezar porque un milagro pasará y fuéramos salvadas por algún ser superior.
pero se ve que dios no escucha a los que lo necesitan.

la condena de ser un "miyo" y siempre velar por el bien de los demás condenó a nuestra madre al día nos daban a cada una un pedazo de pan junto un vaso de agua, nuestras defensas estaban jodidas y nosotras también.
no sabíamos si era de día o de noche todo era oscuro excepto esa pequeña vela que se consumía al pasar del tiempo.

Que patético.

no sabíamos defendernos, nuestros padres se esforzaron tanto por mantenernos separadas del mundo ninja que ni sabíamos con certeza que era un Shinobi, dos niñas de trece y cinco años que no sabían ni conectar un golpe no eran una amenaza.

llorabamos mientras intentábamos no sollozar para no molestar a las personas que estaban ahí intentando reponer algunas horas de sueño mientras "cuidaban" que no sucediera nada con nosotras.

—Maldita sea con ese tipo, No sabe lo que es llegar a tiempo.— Golpeó la mesa con fuerza lo que me estremeció mientras ocultaba lentamente mí rostro en los muslos de mí hermana.

—Cálmate. No hay nada que podamos hacer, pero podríamos pasar el tiempo para darle su merecido a ese tipo.— Empezó a reír mientras apretaba la tela de el vestido blanco de yae, mí hermana solo temblaba mientras sostenía mí mano.

—Oh. te refieres a "eso", bueno, la pequeña tiene bonito rostro y la otra está más desarrollada.— la puerta rechino y los pasos comenzaron a sonar hacia nosotras.
por instinto me levanté y retrocedí al ver el rostro de ese hombre acercándose a mí.
—!No la toquen a ella no!— Yae gritaba bajo el compañero de aquel hombre que me agarraba de las muñecas con fiereza.
un golpe frío sonó, era yae recibiendo cachetadas por lo que dijo.

apreté mis dientes mientras esperaba morir pronto, sin embargo sostuve las lágrimas al ver cómo el hombre que me sostenía sacaba un cuchillo para pasarlo a su compañero.
—Despues le explicaremos al cliente, solo hazlo.— habló mientras me miraba con la mirada más asquerosa que había visto nunca.

una corriente paso por mí, un valor que nunca había sentido en mí vida, fuerza que hace algunos minutos no tenía.

mis muñecas estaban apricionadas pero un golpe en la parte baja basto para que soltara su arma y escapara un grito.

—¡Maldita estúpida! pensé que eras mejor portada que tu hermanita pero eres peor...— no pudo terminar su rabieta porque fue interrumpida con la apuñalada en su costilla que subió hasta su axila.
salpicó la sangre en mí rostro mientras sostenía firmemente la daga entre mis manos y el se sostenía la herida mientras se retorcía.
—¡Maldito monstruo! ¡Te voy a matar perra!— se acercó a paso lento el compañero que tenía a yae.
—Apenas lo notas idiota, era predecible si le das la espalda a otro monstruo.—
rápidamente me agache y lanze la daga, el sonido del filo entrando en su columna y deslizándose en el mientras Caia lentamente pude visualizar como el rostro de mí hermana Se salpicaba con el líquido rojo.

—Gracioso ¿no? nos trataron de marionetas y los ahorcamos con los hilos que lindo ¿no? vimos al final quien se ríe.—

lentamente sacamos las llaves de el bolsillo del hombre con la herida en el costado y cerramos la puerta con delicadeza.

—Esos buitres están mirando.— yae susurro y solo dedique una mirada asqueada —No se porque esos buitres están mirando.— agarre su mano y salimos desbloqueando la puerta y viendo la noche estrellada de luna llena que negro es el cielo.

y corrimos, corrimos mucho, no sabemos cuánto, no sabemos cómo pero cuando los pies no se movían más y nos caíamos vimos figuras altas y con una bandana que brillaba con el sol creciendo.

Nah, dios no baja del cielo.

—¡Kumiko! despierta ya va a empezar la lección— Sakura movía de lado a lado la cabeza de kumiko

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—¡Kumiko! despierta ya va a empezar la lección— Sakura movía de lado a lado la cabeza de kumiko.

—Oh, me volví a quedar dormida lo siento.— hablaba con un tono leve y rascaba sus ojos intentando acomodar su vida.

—En realidad es adorable como empiezas a murmurar cosas sin sentido.— su amiga reía mientras cubría su boca frente a la mirada de su amiga con los ojos violacios bien abiertos.

—Solo son recuerdos, es vergonzoso sakura.—
cubría su rostro mientras pensaba que habría dicho en ese sueño que tanto la atormentaba.

vigilante | s. uchihaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora