Cap 2 Kaito Kuroba

355 42 20
                                    

Un ladrón fantasma que solo anhelaba tener una vida normal como cualquier chico de su edad, cada robo significaba un riesgo, cada vez que quería salir con sus amigos tenía que mentir para ausentarse y continuar con la búsqueda de esa joya magica que tal vez nisiquiera existía, ¿valía tanto la pena arriesgarse de esa manera? tal vez cada robo era un paso más hacia descubrir la verdad sobre su padre pero a pesar de siempre mantener su poker face, en su interior un vacío estaba creciendo.

Cuando se enteró de la noticia de como el pequeño detective Conan Edogawa pudo recobrar su vida como el detective juvenil Shinichi Kudo, se sintió feliz por su rival y pensó que serían interesantes sus próximos enfrentamientos, ya no sería tan fácil cargarlo en sus brazos mientras lo llevaba volando por los aires, pero una parte de él también se preguntaba cuando sería el momento en que él también pudiera recobrar su vida normal, una en donde utilice sus habilidades únicamente para asombrar a su público y disfrutar sus expresiones de asombro y felicidad sin tener el riesgo de que la policía o esa organización estén tras su pellejo.

Con todo lo que ha hecho también se habia dado cuenta de que igual arriesgaba mucho a su querida amiga Aoko por la que sentía tanto cariño, se maldecía a si mismo cada vez que recordaba las ocasiones en las que han estado muy cerca de secuestrarla o incluso cuando han logrado engañarla y esta muy expuesta al peligro, si no fuera por él tal vez no seguiría viva pero también si no fuera por él, ella no tendría porque estar así desde un principio, fue ahí donde al joven con cabello alborotado le pasó una idea por su mente, ¿y si le decía la verdad? a final de cuentas, en un momento ella tendría que enterarse y de alguna manera sentía que sería mejor que lo supiera por él que por su cuenta o peor, por otra persona, de esa forma sería más cuidadosa y también no tendría que preocuparse de sus desapariciones repentinas.

Lo reflexionó casi una semana entera, pero al final tomó valor y dió ese paso, llevó a su amiga a su casa y cuando estaban en su habitación con luz anaranjada por el atardecer, ocurrió.

-Aoko, yo...esto es muy difícil.

-¿Sucede algo bakaito?

-¡¿Podrias tomarte esto enserio solo una vez porfavor?!

-Uy, bueno, ya que ¿qué quieres?

-Yo, quisiera confesarte algo, desde hace tiempo he sentido qué necesitas saberlo y yo ya no puedo ocultarlo más.

En ese momento el joven tomó las manos de su amiga con fuerza para asegurarse de dificultarle que lo golpeara en caso de que no le gustara lo que le dijera, respiró profundo y rápidamente lo dijo.

-Yo soy Kid.

La joven se quedó confundida, múltiples veces lo había sospechado pero una parte de ella no quería admitirlo, entre su confusión también surgieron emociones como la tristeza, el enojo y la decepción, lágrimas caían por sus mejillas y habló con voz entrecortada.

-N-no es sierto... Ka-Kaito, dime que es una de tus bromas tontas, por favor... est-esto ¡no es gracioso!

-Perdóname, pero es la verdad, ya no puedo ocultarlo más, quería que lo supieras para que ya no te preocupes tanto por mí y que también así seas más cuidadosa.

-¿Que no me preocupe por tí? En cada lugar en donde te expones y dejas como idiota a mi padre el que anda en riesgo eres tú! ¿Ser cuidadosa? Lo dices como si yo no pudiera cuidarme sola.

-Pero...

En ese momento Aoko tomó mucha fuerza para liberarse de las manos de Kaito y le tiró una cachetada muy fuerte y después se dispuso a seguirle reclamando.

-Kaito, ¡eres un tonto!, yo... no sé qué hacer ahora, el trabajo de mi padre es atraparte pero tú eres mi mejor amigo, me dolería tanto que ocurra algo así.

Nueva VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora