{01} 𝑪𝒂𝒚𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒑𝒐𝒓 𝒕í {01}

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Era divertido ver como Silco les gritaba a todos. Me parecía entretenido ver las caras de miedo y nervios, eso era de casi todos los días

La puerta se cerró dejándolos a ambos solos, y él golpeó su escritorio dejando caer algunas hojas, tomó asiento masajeando su frente. No me gustaba verlo así, admite ella siendo espectadora de todo el show.

—Sin duda son irritantes...—

Me animé a hablar, en ocasiones me parecía un poco incómodo quedar en silencio, aunque para él no lo fuera.

—Lo que más me irrita es que no hagan lo que se les ordena—
—¿Qué piensas hacer ahora?—

Bajé de mi escondite para acercarme a Silco, era una de las pocas veces que lo veía realmente molesto.

—Hacer el trabajo sucio. Si algo quieres que salga bien, debes hacerlo tú mismo— hablaba mirando a los ojos a la peliazul que yacía acostada en su escritorio.

Él le dirige la mirada, se sentía más relajado; como si la chica fuera su único remedio ante esas situaciones, ella lo ve con unos ojos llenos de inocencia. Él queda conmovido.
Sin dudarlo, pasó su mano por la mejilla de la joven regalándole una caricia gentil.
Silco se pierde en los ojos de la chica, sin dejar de acariciar su mejilla, pronto saca de un cajón un artefacto entregándoselo a Jinx.

Jinx se acomoda a un lado de él para proceder a inyectarle.

Acabas de inyectarme, pequeños residuos de un líquido morado sale por mi ojo; duele, sin duda, pero tú haces que ésto sea menos doloroso...

—¿Tienes muchos pendientes hoy?—
—Desafortunadamente sí...—
—Es que... Pensaba invitarte a dar una vuelta por mi laboratorio, estoy trabajando en algo que quería mostrarte— en tono dulce habla la joven sin dejar de ver a los ojos a Silco.
El mayor la toma del mentón, depositando un beso en la frente de Jinx.
—Haré lo posible por estar ahí —

La joven sonríe tiernamente y procede a irse de la oficina de buen ánimo.
Dejando a Silco pensativo.

Ni la nicotina me hace sentir tan aliviado como tu tacto.
Últimamente me ahoga la necesidad de sentir tus dedos en mi piel, de sentirte cerca, de tan sólo tenerte... Sé que está mal, créeme que me aterra y avergüenza; pero tú haces las cosas más complicadas.
Tampoco sé en qué momento comencé a verte de esta forma. Quiero convencerme que estoy confundido por la manera que me tratas, quizás desde que empezaste a ser lo suficientemente cercana, y me agradó... No lo dudo, sin embargo tampoco hice nada para alejarte de mí y ahora ya es muy tarde, ya no puedo tenerte sin mí.

Silco se mostraba angustiado con sus pensamientos, cada día le era más imposible sacarse de la cabeza a Jinx, pero tenía que aceptarlo, estaba enamorado de ella; de la niña que rescató, cuidó y crío prácticamente. Se sentía enfermo, aunque bien Jinx ya no era una pequeña niña, en sus brazos siempre lo seguiría siendo. 

Encendió un cigarrillo para aclarar su mente, al menos era lo único que lo ayudaba a despejarse un rato. Mirando al lugar donde siempre posaba la joven como gárgola, siempre siendo espectadora de todo lo que pasaba en su oficina. Sin duda comenzaba a extrañarla, a pesar de que la había visto hace unos minutos.
Sin más, apagó su cigarrillo en el cenicero que tenía a un lado y salió de la oficina cerrando todo para arreglar asuntos pendientes.

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𝑰𝒏𝒕𝒐 𝒀𝒐𝒖 (Jilco) -HISTORIA CONCLUIDA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora