Psycho Blow.

La última partida.

Tan frío.

Howdy. Me llamo Flowey. Flowey la flor.

He estado aquí, bajo la tierra, supervisando al humano que descendió del cielo a cumplir la profesía del ángel.

"Un ángel, que caerá de la superficie, nos liberará a nosotros, los monstruos. Este podría presentarnos la vida o la muerte, dos opciones que nos otorgaría la libertad del subsuelo."

Seh, algo así.

El humano (a quién me refería mayormente por idiota) tenía un nombre, y era Frisk.

Es extraño, todo de él lo es. No sabemos su origen, ni sus relaciones, metas o motivación para terminar aquí. Lo único claro es que brindó la libertad a todos.

Fue una tarde, dónde los monstruos vieron la puesta de sol después de incontables años. La estadía bajo tierra había terminado para darle comienzo a una nueva forma de vida.

Muchas dudas se formaron entre todos, además de la inseguridad o el temor a ser desplazados una vez más. Por otra parte, muchos se habían emocionado por haber encontrado una nueva realidad a la cual entregarse, una nueva forma de vida la cual vivir sin tener que someterse a un cielo falso, por entre las rocas.

Al momento de empezar, todo se tornó negro. A pesar de que nadie me vió, yo estaba ahí, por un momento me había entregado a esta realidad.

De no ser por aquel llamado ángel.

El humano, una vez terminado el recorrido de la ruta, decidió resetear, volver al punto de inicio.

Bueno, a pesar de no ser la primera vez, me sorprendió bastante. Al principio supuse que los intentos de reset eran para buscar la mejor culminación para todos.

Uno, en el que todos puedan disfrutar un final feliz.

Fue muy extraño ver que, luego de incontables rutas y líneas temporales superpuestas entre sí para lograr aquella hazana, había sido olvidada para volver al pasado.

Lo pensé. ¿Tenía sentido? ¿Acaso había algún detalle que había dejado pasar? No. No puede ser eso. ¿Qué más entonces? ¿Para qué desperdiciar una oportunidad tan perfecta para pasar el resto de tu vida junto a los seres que amas?

De la nada, una emoción fuerte sumió mi cuerpo. Sabía que algo estaba obligándome a sentir, a pesar de no tener alma. No podía entenderlo.

Quizás. QUIZÁS ES UN ESTÚPIDO IDIOTA.

Me retorcí. ¿Cómo es posible que, a pesar de no sentir nada por nadie, no darle importancia a la vida de quienes observé sin que notaran mi presencia, sentir odio porque alguien tuvo ese asqueroso gesto frente a quienes lo consideraban un ser querido?

Lo consideré un golpe con un palo tras la espalda. Sin duda, necesitaba alguna respuesta. Así que aparecí frente a él.

—Howdy.—

—Huh, hola. ¿Qué buscas, Flowey?—

—Pues, tengo curiosidad.— Miraba el suelo inexistente.

El escenario era un plano oscuro, no existía el tiempo ni la materia como tal. A esta dimensión, Frisk la conocía como "el menú". Sólo los dos podían verse.

—¿Sabes lo que acabas de hacer? Tú y tus demás amigos obtuvieron todos juntos el mejor final que pudieron construir, uno con el que muchos murieron soñando. ¿Entiendes eso?—

Lo miraba con una curiosidad morbosa. Me provocaba un ligero miedo el saber que su respuesta podría tener una razón no estúpida.

Frisk, el humano protagonista tan sólo me miró con su cara neutra, no parecía tener emociones características. Abrió la boca a su distancia de mí.