Like a dream [Sesshome]

VI-Cartas o notas de amor

Kagome ayuda a Sesshōmaru a ordenar las cajas del ático de la casa de Inu e Izayoi, hay demasiado polvo en el pequeño espacio que nadie ha ocupado en años. Los mayores, demasiado ocupados en su propia rutina, Sesshōmaru e InuYasha, demasiado expectantes a lo que el futuro les estaba mostrando.

Ahora, tienen un momento para buscar entre cajas cosas que sirvan y puedan donar, otras que no tengan nada de valor y sean desechadas. Kagome mueve las cajas y termina abriendo la tercera por ese día, un montón de sobres le saludan y la chica se agacha para abrir el primero y evaluar el contenido.

Se sonroja tan pronto se da cuenta qué son cartas de amor, la letra no la reconoce pero la firma al final citada como Inu no Taishō es toda la respuesta que necesita. Regresa el contenido a su sobre y se sorprende al ver más y más.

—Estuvimos separados un tiempo —le explica Izayoi, sorprendiéndola porque jamás la escuchó llegar.

No agrega más y parece perderse en los tiempos en los que las cartas fueron todo lo que tenía del hombre que ama; Kagome sabe que comparten una historia complicada, que estuvieron a punto de renunciar. Sin embargo, se habían sostenido el uno al otro con fuerza y ahora llevaban años de matrimonio, yendo a todos lados casi juntos y compartiendo anécdotas con ellos con facilidad, con sonrisas resplandecientes y ojos gentiles que dicen más que sus propias palabras.

Kagome escucha la historia mientras continúan ordenando, mientras Izayoi parece buscarles un mejor lugar a sus pequeños tesoros; Sesshōmaru se une para terminar con las fotografías enterradas en otra caja y el tema de las cartas de amor se entierra por ese día.

Secretamente se pregunta si Sesshōmaru alguna vez consideró mandarle una carta hasta dónde estuvo; si había deseado comunicarse con ella tanto como Kagome lo había hecho. Porque sus propias cartas de amor y desamor se encuentran debajo de su cama, en una pequeña caja blanca con un montón de recuerdos que se negó a tirar, porque había soltado la mano del peli plata una vez y se había arrepentido, siempre añorando regresar a cuando la mano de él estaba a su alcance.

Sin embargo, no tiene que esperar mucho cuando descubre unas cuatro cartas enredadas entre sí y dejadas en su buzón. Sonríe y las lleva a su pecho, sonriendo.

No fue la única que los extrañó a ambos, juntos.