3.

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SAKURA

Estoy escribiendo furiosamente, mi concentración centrada únicamente en el informe en el que estoy trabajando para el Hokage, Kakashi.

Tratando desesperadamente de mantener mi mente en el trabajo y no en el hombre insoportable con el que tuve sexo anoche.

Shikamaru Nara.

El llamado genio de Konoha, integrante de uno de los clanes más poderosos e influyentes, mano derecha del actual Hokage.

¿Y porque escribo como loca un informe? Porque lamentablemente aunque trabaje de tiempo completo en el hospital, tengo una debilidad de no poder decirle que no a mi antiguo sensei, tengo el pequeño o gran problema de no poder negarme a sus pedidos. Y siempre termino accediendo a terminar su trabajo, o eso es lo que hacemos con Nara en equipo.
¿Su mano derecha? Esa es una historia diferente. Shikamaru un completo imbécil.
Algo sexy, con el cabello castaño característico de los Naras y ojos marrones y mirada helada. La boca severa, la mandíbula firme y la nariz perfecta. Siempre tiene una leve mirada de disgusto en su rostro que, de alguna manera, encuentro infinitamente atractiva, a pesar de que su comportamiento grosero y sus respuestas bruscas también me hacen enojar increíblemente.
Shikamaru Nara no tiene reparos en irrumpir en la oficina de Kakashi o exigir hablar con el cuando estoy dando un informe. Nunca es educado. Nunca es sumamente grosero, pero ciertamente tampoco cálido y amistoso.

En el trabajo... lejos de ello.

Por alguna razón, encuentro su actitud… excitante. Tal vez algo está mal conmigo. Tal vez tengo problemas, pero sean los que sean, estoy muy sintonizada con cada palabra de mierda que sale de la boca Shikamaru Nara.

Por eso planeé todo desde que escuche a sus amigos y compañeros preparle esa pequeña sorpresa.

Cuando los escuche hacer su pedido bastante inusual, quede sorprendida.

—Se que con ese regalo estará mas que satisfecho —dijo, apenas podía escucharlos escondida detrás de una columna escondiendo mi chakra temerosa de que me descubran.

—Haz la solicitud. Menciona mi nombre y di que es para Shikamaru. Conocen sus preferencias y esta noche enviarán a una mujer a su apartamento. —Le decía un anbu a otro.

Hice lo mejor que pude al no hacer ni un ruido, boquiabierta. Estaba encargando una mujer para su superior. Una mujer paga. Una prostituta. Como quieras llamarla, eso es lo que era.

No soy del todo inocente. Sé que este tipo de cosas suceden, pero nunca antes había escuchado algo parecido.
En el momento en que los anbus se fueron, arrugué ese papel que tenia en mi mano y lo tiré a la basura. Entonces puse mi plan en marcha.

Sería yo quien esperaría a Shikamaru en su cama. No una dama cara de la noche o lo que sea.

Rayos, sueno como mi abuela.

Me he sentido atraída por Shikamaru Nara desde el momento en que comenzamos a trabajar juntos. A pesar de la forma perezosa en que se movía diariamente, sus respuestas rápidas y su actitud autoritaria. El hombre derrama confianza y lo encuentro increíblemente atractivo.

Sexy.

Miro fijamente los pergaminos que estoy terminando con tanta atención que no me doy cuenta de que alguien ha entrado en los alrededores hasta que escucho a alguien carraspear levemente.

Un alguien masculino.

Su aroma, el olor de su colonia, me permite saber quién es incluso antes de que lo mire.

Shikamaru Nara, sin dudas.

Apenas lo miro.

—No está en la oficina en este momento.

Tampoco me molesto en explicar dónde está Kakashi, debe estar perdido con su libro por algún lado.

—No estoy aquí para ver al Hokage—responde Shikamaru, su voz profunda y ronca prendiendo fuego a cada una de mis terminaciones nerviosas.

Quedándome completamente inmóvil, me arriesgo a mirarlo. Está vestido con su traje jounin de tres piezas. Su cabello está peinado hacia atrás, sin un mechón fuera de lugar, y su rostro está bien afeitado. Ni un poco de barba olvidado por ningún lado. Es alto e imponente y puedo sentir su mirada en mi rostro, calentando mi piel.

Los recuerdos de nuestro tiempo juntos regresan cuanto más nos miramos. Había sido un honor y un maldito privilegio tener la polla de este hombre en mi boca. Sabía lo que estaba haciendo con ella. Las cosas ásperas que me dijo. La forma en que tomó el control total de la situación, tal como sabía que lo haría. Diciéndome qué hacer. Perdiendo el control total cuando le hice la mamada, eso había sido una completa sorpresa. Follándome tan a fondo, el orgasmo que me dio se había sentido como un regalo.

Todavía me siento un poco mareada al respecto, si soy honesta conmigo misma.

—¿Qué quieres? —pregunto cuando todavía no ha dicho nada.

Se acerca lentamente a mi escritorio, su mirada nunca se aparta de la mía.
—Quiero pedir disculpas.

La sorpresa me recorre.
—¿Por qué?

—Por la forma en que te hablé antes. —Se toma un momento, apartando su mirada de la mía —. Fue… grosero.

Vaya, vaya. Admitiendo sus faltas. Estoy gratamente sorprendida.

—Acepto tus disculpas —le digo.
Inclina su cabeza hacia mí antes de girar sobre sus talones y alejarse sin decir una palabra más.

Lo observo irse, admirando la línea recta de sus anchos hombros. Pienso en la forma autoritaria en que me tocó. La forma en que se veía parado desnudo en su habitación mientras me miraba en estado de shock cuando se dio cuenta de con quién estaba anoche.

Como si no lo hubiera sabido.

¿Realmente no lo supo?

Sin pensar, me levanto y lo sigo, el alivio me inunda cuando lo encuentro parado frente a las escaleras, esperando. Está mirando por las ventanas, con el ceño fruncido, una mueca en su hermoso rostro, y cuando levanta la vista para verme de pie frente a él, su ceño se hace más profundo.

—Sakura…

Es él llamándome “Sakura” lo que me enciende rápidamente.

Marcho directamente hacia él, envuelvo mis dedos en su chaleco y le doy un tirón firme, su boca de alguna manera encuentra la mía casi al instante.

Gime contra mis labios tanteadores y me aprovecho, deslizando mi lengua en su boca. De alguna manera envuelve sus brazos alrededor de mi cintura, arrastrándome hacia él, y cuando nos mete en un segundo dentro del cuarto de limpieza.

Nadie parece estar cerca. Estoy bastante segura de que el pasillo estaba vacío, pero ahora no importa. Seria un problema si nos encontraran en esta posición, pero parece que no le importa.

Shikamaru está demasiado ocupado devorándome.

Y se lo estoy permitiendo. No quiero que se detenga.

Jamás.

Self Invited ▪︎ShikaSaku▪︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora