Chapther Three

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Estaba dormido cuando tocaron la puerta de su habitación. Fueron unos segundos en los que pudo abrir bien los ojos para poder sentarse en la cama. Bostezó antes de con su mano tentar la parte izquierda de la cama.

Sobó su ojo cuando su otra mano agarró su bastón, haciendo uso de el fue en dirección hacia el sonido. Tanteó en piso hasta llegar a la puerta, la que abrió luego de unos segundos.

—Joven Shouto—una dulce e amigable voz fue lo que escuchó al abrirla.

El mencionado sonrió levemente.

—Buenos días, señora Uraraka—devolvió el saludo.

La señora de cabello castaño no sonrió como de costumbre. Eso lo supo Shouto cuando no escuchó ninguna carcajada venir de sus labios. Algo no le dio buena espina, ¿ahora qué pasa?

—Señor—oh, no—Sus padres me comunicaron que lo esperan en el comedor principal. Le han invitado a comer con ellos.

Los sirvientes que pasaban por ahí no lo podían creer. Algunos hasta se les cayeron los utensilios de limpieza por la sorpresa. Eso fue inesperado.

Pero y Shouto. El pobre se puso más blanco de lo que ya era.

Su cuerpo involuntariamente sintió un escalofrío que lo hizo retroceder dos pasos, haciendo preocupar a la señora mayor. Ella se acercó a él con su rostro demostrando preocupación, Shouto pudo sentir su calor, también podía oler sus nervios.

Su mano derecha apretó con fuerza su bastón. Que su familia quiera que coma con ellos no debe significar nada bueno.

Las únicas veces que él comía con ellos era prácticamente en las mediocres reuniones. Y no precisamente solo con ellos, con más de 20 personas más.

Shoto comía con los empleados, ninguno tenía problemas en compartir ese pequeño espacio. El alfa bicolor era amable con todos, los sirvientes lo eran con él por pena. Pero al fin y al cabo, todos se llevaban bien con él menos su familia.

Pero que ahora mismo esté sintiéndose con miedo por lo que pueda pasar, también siente felicidad. Tal vez pueda pasar un tiempo agradable con sus padres e hermanos.

Esa siempre fue su ilusión.

—¿Se encuentra bien?—quizo saber la señora sosteniendo su brazo—Si quiere puedo decirles que no se siente bien; hasta puedo llamar a Ochako para que le traiga un té—rogó.

—No hace falta Uraraka-san, estoy bien—respondió recomponiéndose—Voy en unos minutos, solo déjame asearme.

La mujer no cambió su expresión, Shouto lo supo porque su aroma no había cambiando ni un poquito. Eso le hizo ladear la cabeza con confusión.

Ya le dijo que estaba bien, ¿ahora qué le pasaba?

—Señor...si no quiere ir no vaya, se lo suplico—al agarre en su brazo se apretó, incluso pudo jurar que algo húmedo cayó sobre su piel desnuda—No vaya por favor...

El rostro del alfa se arrugó ante el último susurro. ¿Qué? ¿Por qué?

La voz sonaba con tanta súplica que lo hizo pensar si debía ir a no. Si sería buena idea...

Algo dentro de él gritaba que no se moviera fuera de su habitación. Pero es que tenía tanto que no compartía con su familia que la voz que gritaba con desesperación en su cabeza, fue cruelmente ignorada.

¿Qué es lo peor que podía pasar?

Shouto pensaba que ya nada podía dañarlo más, así que no tenía problemas. Además, ahora tenía una cariñosa pareja que estaría con él en las buenas y en las malas.

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⏰ Última actualización: Sep 13 ⏰

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