«Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y la muerte por el pecado, así también la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron.»
- Romanos 5:12
Un...
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Porque en la sombra aparece y en la luz se esconde, recorre los valles bajo la guía del horizonte.
En busca de aventuras y amores infernales dónde la belleza es cuna cuna de ángeles cuyo mal no toque.
A mí me desecha hecha y muerta en exilio me condena por no ser bella ni discreta.
He llorado por tal acto cuál demonio le ha propinado. Sin dudarlo, me ha amado pero secas yacen las rosas no hay agua que las florezca.
Desespero anhelo ver tu rostro de nuevo; es mi grato sueño sentir tu tacto en mi piel y los besos mañaneros. Cantarme en versos bailar rumbo a nuestro sendero.
Y si el mal osa ante mí consuela con tus ojos negros echa a reír las lágrimas al decir que me amas. Porque soy la luz de tu ocaso y tú la felicidad de mi alma.
Damiano, eres un hombre tan desconocido ante aquel joven que conocí en los jardines de Venecia repletas de rosas y gardenias.
Hidalgo astuto y descarado ve a un lado y di que me has olvidado. Desgarra mi corazón en pedazos llora por tal pecado vuelve a mis brazos y sé el mismo del cuál me he enamorado.
Damiano, Damiano, Damiano ¿Por qué me has abandonado?
Hechizo y encanto sí bebo el cáliz de una copa oro y sangre rebosa. A mi rostro la juventud absorba y cubra de miel mi piel pálida y grasosa de vino pinte mis labios y de avellanas moje mi cabello ondulado.
Sacrificio tomo en mis manos en señal de cuánto te he adorado.
Damiano, Damiano ti sono mancato?
Puño y letra es mi relato un cuento con final trágico que a la corte estaré contando.
Pero si vale perder una de mil vidas y renacer en otras mil me quitaré esta solo por verte sonreír a mi lado, como debía ser juntos por siempre hasta el fin.
Y es así, mio Damiano. Sé que tú también me amas me necesitas me necesitas en tu vida no puedes vivir sin mí como yo lo hago sin tí moriría por tí.
