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La charla con su madre y la que había tenido después con sus amigos, le habían dado la confianza suficiente para hacer lo que haría. Después de un, estúpidamente, largo día de trabajo, se encontraba apunto de abrir la puerta de su hogar, con su corazón completamente loco y latiendo a mil por hora. Se secó el sudor frío que de repente había empezado a bajar por su frente y abrió la puerta.

—¡Jungwon! —llamó. —¡Ya llegué! —agregó quitándose los zapatos y dejándolos en la entrada, al igual que su saco en el perchero. Adentrándose a su apartamento, más específicamente a la cocina, tomó un vaso y lo llenó de agua, bebiéndola de un trago.

—¿Hyung? —volteó al escuchar la voz de Jungwon, quién asomaba su cabeza por la puerta de la cocina. —Hola, hyung, ¿Cómo le fué hoy? —entró a la cocina.

—Ah, bien, supongo, que fué un día muy largo para mí gusto. —soltó rascando su nuca. —¿Y tú? ¿Cómo se comportó Riki?

—Bien, bien, como siempre. —dijo el menor, acercándose a él para abrazarle. —¿Ya comió?

—Mmm... Sí. ¿Y tú? —preguntó, empezando a acariciar la cabellera del menor, quién ese día había decidido un estilo diferente y su cabello yacía más lacio de lo normal.

—Ajá. —se separó lentamente del abrazo y estiró su cuerpo. —Bueno, acabo de dejar a Riki durmiendo, ya comidito y todo, por lo que, supongo, que mi trabajo aquí, por hoy, a terminado, creo que me tengo que ir.

—¡No! —gritó de repente, haciendo al menor dar un pequeño salto en su lugar.

—¿Ah? ¿Qué pasa? No tiene que gritar, hyung, puede despertar al niño. —dijo con su ceño levemente fruncido y un puchero en sus labios.

—L-lo siento, pequeño. —sus mejillas se calentaron cómo se colorearon, avergonzado. —Es que yo tengo que decirte algo.

—Oh, bueno. —el peligris sonrió. —¿Qué es?

¿Se iba a confesar en la cocina? Se negaba.

—Vamos a sentarnos al sofá, por favor.

—Está bien. —la infaltable sonrisa del menor volvió a dejarse ver, a la vez que ladeaba su cabeza, viéndole un corto periodo de tiempo antes de dirigirse a la sala y sentarse en la suave superficie, siendo seguido por el mayor. —Ahora si, ¿Qué pasa?

—Ah, ok, yo... Te lo voy a decir, sí. Esto, antes que nada, si no estás de acuerdo con lo que diré, te pido que no renuncies, Riki te quiere mucho y eres el mejor niñero que ha tenido, solo... —suspiró. —No te alejes, por favor. —Jungwon realmente no necesitó más para saber que estaba pasando y en qué situación se encontraba, estaba emocionado. Y feliz, pensó que sería el primero en dar el paso.

—Yo... Le prometo que no me alejaré. —y por supuesto que no lo haría.

─Vale, bueno, voy a ser directo, sí. ─pausó, tomando aire en sus pulmones, sin mirar en ningún momento al peligris, empezó a hablar. ─Me gustas, mucho, yo no sé qué pasó o como pasó, solo sé que caí ante tu y tus lindos ojos, tu linda nariz, tus lindos labios, tu lindo cabello, tu lindo ser y tu linda personalidad, todo en ti en verdad es lindo, ¿Lo sabías? ─suspiró. ─Otra cosa, creo que me fue imposible no darte más atención de la normal por como tratabas, tratas. ─se corrigió. ─A Riki. Me fué imposible no fijarme en ti cuando te esfuerzas tanto y eres tan amable, tan tierno, tan gracioso, tan bueno, tan fuerte, tan alegre y simplemente tan tú. Para mí eres perfecto, de otro mundo, todo en ti es de otro mundo, nadie se puede igualar a ti. Yo, sé que, probablemente, no gustas de mí pero... ─le interrumpió la voz del menor.

─Espere, espere. ─dejó ver sus palmas, como si lo estuviese deteniendo de una larga carrera. ─Hyung, ¿Quién le dijo que no gustaba de usted?

─¿Cómo? ─volteó a verlo rápidamente, Jungwon ladeó su cabeza sonriendo, con un leve sonrojo en sus mejillas.

─Hyung, pensé que se había dado cuenta ya. —el mayor le veía con los ojos bien abiertos y con la boca abierta. ─Cierre la boca, hyung. ─rió.

─T-tú... ¿Estás seguro de lo que dices? ─el más bajo desvaneció su sonrisa, la cual fué reemplazada por su ceño fruncido.

─¿Cómo no voy a estar seguro? Dios, hyung, hace cuatro meses que me gusta y yo... Me di cuenta que usted también gustaba de mi, y ¿Sabe? Con otra persona, tal vez me haya sentido incómodo e, incluso, tal vez me hubiese alejado lentamente, aún así, yo estaba bien con eso, que usted gustara de mí, aunque me negaba a creer la razón por la que no me molestaba, ahora soy perfectamente capaz de aceptar que usted me gusta, mucho. Usted fué de las primera personas que me trataron como lo merezco, tampoco me echó porque sería una “mala influencia ”. ─hizo comillas con sus dedos. ─Para su hijo, y yo estoy realmente agradecido con eso, estoy feliz de que me haya aceptado y que guste de mí, en verdad me hace feliz, contento y todos los sinónimos.

─Wow... Entonces. ─relamió sus labios. ─¿Tú gustas de mí y yo de tí? ─su corazón golpeaba su pecho con fuerza.

─Ah, hyung, si, ¿No escuchó? ─el peligris ladeó la cabeza y tomó la mano del mayor entre la suya más pequeña, acariciando el dorso de la mano contraria con su pulgar.

─Sí... Otra cosa, tú y yo, ¿Qué somos ahora? ─la pregunta salió lentamente de sus labios, temiendo que el bajito se fastidiara de tanta pregunta.

─¿Qué quiere que seamos, hyung? Si usted quiere, podemos ser amigos, novios, amigos con derechos, lo que usted quiera, personalmente, me gustaría ser su novio. ─sonrió con el carmesí decorando sus mejillas, algo que a Jay se le antojó muy tierno.

─B-bueno, entonces, ¿Quieres ser mi novio? ─sus manos sudaron un poco más a pesar de que segundos antes Jungwon ya le había dicho que, en efecto, quería ser su pareja.

─Sí, hyung, encantado. ─sonrió grande, realmente feliz, jugando con sus manos. ─Hyung, ahora tengo una pregunta.

─¿Ah? Dime, pequeño. ─le vió esperando a escuchar su duda, con su corazón tan loco como cuando entró al apartamento.

─¿Le puedo besar? ─Jay trató de disimular lo que esa pregunta había causado en él y se acercó más al menor, llevando su mano a la mejilla sonrojada del menor.

─No tienes que preguntar, no ahora, sabes, ¿No? ─el menor enredó sus manos sobre su nuca.

─Solo era precaución. ─sonrió.

Solo se miraron un tiempo antes de unir sus labios en un casto beso.

𝗔 𝗕𝗔𝗕𝗬𝗦𝗜𝗧𝗧𝗘𝗥 𝗔𝗡𝗗 𝗔 𝗦𝗜𝗡𝗚𝗟𝗘 𝗔 𝗗𝗔𝗗 » 𝗷𝗮𝘆𝘄𝗼𝗻 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora