El viaje al departamento de Kim tomó mucho menos tiempo del esperado, en un abrir y cerrar de ojos el mayor había saltado del auto y sin decir una palabra arrastró a Porchay dirigiéndose directamente a su piso. Chay había estado allí antes y sabía que no podría escapar a menos que el otro le diera el permiso de hacerlo. El agarre en el brazo del más joven se hacía cada vez más fuerte a medida que subían los pisos en el ascensor, su mente comenzó a divagar sobre si era así de lento la última vez que estuvo en el departamento de Kim, pero tal idea rápidamente fue empujada lejos en su mente en cuanto sintió un nuevo tirón que le recordó que no tenía tiempo para pensar en cosas tan insignificantes como esa.
Una mueca de dolor se dibujó en sus labios cuando el mayor lo metió dentro de su departamento y lo acorraló entre su cuerpo y la pared del vestíbulo. Sus ojos buscaron una explicación silenciosa y todo lo que encontró fue la expresión contraída por la ira de Kim. Le resultaba tan extraño que el otro mostrara alguna emoción cuando antes todo lo que podía ver en su rostro era indiferencia, algo dentro de su estómago se revolvió y antes de que pudiera decir algo, preguntar la razón por la cuál Kim lo estaba tratando de tal manera, sintió una presión en sus labios y todo perdió sentido para él.
Los labios de Kim se movían con fuerza sobre los suyos, como si quisiera marcarlos y dejarlo sin aliento en el proceso, decir que no deseaba esto sería una mentira pues aunque quisiera con todas sus fuerzas empujar al mayor lejos de su cuerpo, sus manos hacían todo lo contrario tomando su camisa y acercándolo tanto a sí mismo como le fuera posible. Sus lenguas danzaban sin fin en la boca del otro y sus manos recorrían cada centímetro de su figura, Kim nunca lo había besado ni mucho menos tocado de esta forma en el pasado, le resultaba extraño y lo único en lo que podía pensar era en que por ningún motivo quisiera que esas grandes y callosas manos, debido a las largas horas de práctica con la guitarra, dejaran de acariciarlo, necesitaba sentir mucho más, fue quizás ese mismo deseo el que lo llevó a balancear sus caderas hacia adelante buscando la mayor fricción posible entre su cuerpo y el de Kim.
El mayor gruñó en sus labios y se apartó solo un poco para luego atacar su cuello, chupó y mordió enviando descargas eléctricas por todo el cuerpo de Porchay quien poco a poco se perdía a sí mismo ante las caricias del contrario. No fue hasta que sintió las manos de Kim en el cierre de su pantalón que pudo reaccionar y logró empujarlo lejos de sí, rápidamente sintió como el frío lo invadía y por un segundo se vió lamentándose por el hecho de haber alejado al músico de su cuerpo, deseaba que volviera a estar sobre él y fue ese pensamiento el que hizo que sus ojos buscaran los ajenos, necesitaba saber que no era el único en ese estado.
Un suspiro lastimero escapó de sus labios una vez que conectó sus ojos con la oscurecida mirada de Kim, quien se veía agitado y dispuesto a saltar sobre él en cualquier momento y aunque quisiera que eso sucediera, el ambiente entre ellos poco a poco comenzaba a enfriarse. Bajó la mirada y lentamente cayó, quedando sentado en el piso apoyando la espalda sobre la pared, necesitaba un respiro y pensar correctamente antes de hacer algo de lo que podría arrepentirse más tarde, pudo observar por el rabillo del ojo como Kim imitaba su acción sentado justo frente a él. Tardó unos segundos en devolverle el gesto a esos orbes que parecían quemar cada centímetro de su cuerpo y se preparó para ser el primero en hablar, como siempre sería él mismo quien diera el primer paso entre los dos.
—¿Qué se supone que debo pensar de esto P'Kim? —Pudo observar como el mayor abría los labios y luego los cerraba sin decir nada, solo manteniendo sus ojos fijos en él. —¿Qué fue todo eso en el bar? ¿Por qué... por qué me besaste de esta manera hace un momento?
Kim suspiró cerrando los ojos para no tener que enfrentar a Porchay, no sabía cómo expresar en palabras lo que estaba sintiendo en su interior, no tenía idea de cómo decirle al menor que estuvo a punto de matar al hermano de Vegas solo porque se acercó demasiado a él.
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whatever you do you're mine
CasualeHan pasado unos meses desde el enfrentamiento entre las familias y ahora todo parece tener un curso mucho más calmado para todos, al menos eso es lo que quieren creer hasta que cierto chico mayor aparece alterando el orden una vez más, sorprendentem...