𝐂𝐇𝐄𝐑𝐑𝐘.
Emblema de belleza, pureza, y versatilidad.
¿Eso era lo que la describía a ella?
¿Por eso Potter se enamoro?
Talvez la conoció más que a nadie, la amo más que a nadie, conoció cada cosa de ella e incluso las imperfecciones que tenía es...
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Prólogo...
Cuan confuso era el amor y lo que esté causaba, tanto cómo negativo y positivo...
Las lágrimas resbalaban por las mejillas de la pelirroja. La cual se preguntaba: ¿Porque siempre terminaba con el corazón roto?
En el mundo claramente hay dolor pero, lo peor es un corazón roto y la peor parte.
Que la persona que había querido no estaba junto a ella. Esa era otras de las razones por la cual la pelirroja lloraba.
Sin importar que hombre se le pusiera enfrente y lo quisiera no lo hiba a querer tanto como a su azabache.
Ahora ella está sumida en una gran tristeza, se sentía sola, sin nadie que estuviera para ella y no sabía qué hacer; solo llorar.
La puerta se abrío, pero nisiquiera se animó a voltear a ver quién era solo lloraba.
Sintió como el colchón de la cama en la que estaba se movía mientras la persona se acercaba y la abrazaba.
Y porfín Rose se animó a ver quién era. Esos iris verdes junto con el cabello azabache alborotado, sus lentes que lo hacían verse elegante y ese olor que lo caracterizaba: tarta de melaza, un aroma como si estuviera en otoño y su aroma a vodka.
Un vicio que Claramente tenía y nadie se lo lograría quitar nunca.
Harry Potter veía los ojos marrones (los cuales adoraba cuando les daba el sol) de la pelirroja, mientras le limpiaba las lágrimas que seguían resbalando por las mejillas de la pelirroja con los pulgares y sin poder aguantar más la besó.
Sus labios raramente encajaban a la perfección como si estuvieran hecho para eso, mientras la Weasley llevaba sus pequeñas manos al pelo del azabache.
Se separaron para juntar sus frentes y recuperar algo de aliento mientras Potter veía como la Weasley seguía llorando.
-Perdón- fue lo único que logró decir para soltar más lágrimas.
-¿Porque mi cielo?-dijo, sin embargo la pelirroja no respondió-tu no hiciste nada deja de disculparte por lo que no haces.
-Tu s-sabes que es mentira-dijo la Weasley-siempre hay algo que no me deja en paz y perdón te mereces algo mejor que y-
La Weasley se vio interrumpida por los labios del azabache que la besó como si fuera lo último que fuera hacer.
El beso de poco a poco se fue volviendo más intenso, mientras que Potter le acariciaba la cintura apretando un poco cuando se detenía un segundo.
