2. Dándoles una oportunidad.

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—Papá va a matarte —fue lo primero que escucho Arthur después de volver a casa, se giró sorprendido sobre sus talones encontrándose con Alexis, recargada contra el marco de la puerta de su habitación usando el pijama de franela que tenía a juego con él y su padre —. Es bastante obvio lo que hiciste.

Arthur fingió no escuchar aquello último, se quitó con cuidado la sudadera mordiéndose la lengua cuando el movimiento causo que la playera le rosara la costilla derecha, la espalda y el bíceps izquierdo. Alexis no dudo en adentrarse en la habitación de su hermano y alzarle la playera blanca, revelando así los tatuajes que se había hecho.

Ella parpadeo sorprendida e intento tocar el dragón en la costilla de su hermano, pero este se alejó siseando por lo bajo.

—Me duele, no lo toques.

—Lo siento, lo siento, ¿te duele mucho?

Él lo considero por algunos momentos, no es que le doliera hasta que lo pensaba o la ropa le molestaba, más bien sentía la piel muy caliente e irritada, se sentía como si se hubiera quemado sin hacerse mucho daño, algo superficial.

—No mucho —decidió después de unos segundos —. ¿Quieres verlos todos?

Alexis movió la cabeza emocionada en una afirmación, soltando una pequeña risa, Arthur se quitó la playera revelando así el lobo aullando a la luna en los omoplatos y en el bíceps como si fuera una cuerda estaban las iniciales "R, A, M, A" como si fueran notas musicales, representando a cada miembro de su pequeña familia.

—Arthur Conan Castle, ¿qué hiciste? —la voz de su abuela sonó más aguda de lo normal.

Arthur suspiro y volvió a ponerse la playera al tiempo que se giraba, encontrándose con la mirada asombrada de su padre y la conflictuada de su abuela.

—No cerrar la puerta, por supuesto.

Alexis soltó una risita.

—¿Ahora eres un vago? ¿Qué sigue? ¿Qué uses aretes?

—No exageres, madre, se le ven bien, aunque parecen dolorosos.

—Solo un poco.

—¿En serio Richard?

Arthur rodeo a su abuela con el brazo derecho y le dio un beso en la frente.

—No pasa nada, abue, ni siquiera son tan visibles, nadie los verá a menos que me vean desnudo.

—Ew... —murmuró Alexis haciendo una mueca.

—Lo cual no va a pasar pronto —sentencio Richard —, lo digo en serio, Arthur.

Él no estuvo de acuerdo, pero tampoco en desacuerdo, a nadie le hacía daño que su padre siguiera creyendo que él todavía no tenía relaciones sexuales pese a que ya había tenido la charla con él sobre los métodos anticonceptivos, las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos precoces.

—¿Por qué están todos en mi habitación?

—Vamos a desayunar al pueblo, arréglense. Nos vamos en veinte minutos.

Y sin más, Richard empezó a acarrear a Martha y Alexis, quienes eran las que se tomaban más de veinte minutos para estar listas. Arthur se había duchado antes de ir al estudio de tatuajes por lo que solo busco ropa más cómoda y calidad, que no le molestaran en las heridas que estaban sanando.


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𝐄𝐑𝐎𝐒 ❝Bᴇʟʟᴀ Sᴡᴀɴ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora