◇Capitulo 20◇

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- Los dejaremos solos para que hablen.- dijo Joaquín intentando no incomodar a los chicos.

- Y deben hablar porque huir y besarse no soluciona nada. - aconsejo Emilio siendo arrastrado por su pareja para que entrara a la habitación.

-¿Quieres pasar?.- pregunto Harry avergonzado.

No podía creer que el hubiera tomado la iniciativa y haber besado a Louis, que prácticamente ahora era un tomate.

El cataño entro algo inseguro y se sentó en el sofá con el más alto a su lado. El ambiente se sentía incómodo ya que ninguno de los dos sabía que decir, Harry repasa en su cabeza algo para decir pero nada salía de su boca.

-Me gustas.- soltó de repente. El castaño lo miro sorprendido sin poder creer las palabras que habían salido de su boca.

-¿Que dijiste?.- pregunto.

- Que me gustas. Y no lo voy a repetir otra vez así que escucha bien; me gustas.- hablo convencido por primera vez sobre sus sentimientos. En realidad su corazón ya tenía certeza pero era su cerebro que aún se negaba a creer.

- También me gustas.- respondió bajando la mirada mirando sus manos que temblaban por la vergüenza.- ¿Que y se supone que haremos ahora?.

- No sé. En realidad nunca pensé en eso, porque no pensé que llegaría tan lejos.- respondió sincero sintiendo la risa del otro.

- Yo tampoco, pensé que iba a vivir por siempre con un amor unilateral.- suspiró.

- Quiero ser sincero contigo, yo nunca he vivido algo como esto y no sé si seré un buen novio.- murmuró.- No soy bueno diciendo cosas lindas, no soy bueno con los abrazos, no soy bueno con mis sentimientos y no estoy seguro hasta que momento podrás soportar eso.

- No me importa, en serio, Harry. Yo puedo ser cariñoso por los dos.- hablo rápidamente.

- No, eso no es justo para ti.— suspiró dejando caer su cabeza hacia atrás.

-¿Entonces no seremos nada...?.- preguntó Louis haciendo un puchero que derritió su corazón.

Le sonrío.

- Haremos un trato, si estás de acuerdo. Mis papás dijieron que fuéramos lentos y quiero pensar que eso es lo mejor, podemos acercarnos de a poco.- propuso. El otro asintió efusivamente sonriendo.

- ¿Me vas a dejar abrazarte?.- preguntó emocionado. Harry asintió, debía empezar a derribar las barreras si quería mantener al castaño a su lado.- ¿Y besarte?.

Lo miro preguntándose si era una broma pero claramente no lo era.

- Lo pensaré.

- ¡Al menos en la mejilla! Yo soy como mi gato, siempre necesito mimos.- se quejo cruzándose de brazos.

-¡Tu gato gordo no le gusta que lo toques! Cuando lo tomas en brazos siempre sale huyendo.- se burló.

- ¡Eso no es verdad! Y deja de decirle gato gordo que ahora prácticamente es tu hijo.—frunció su boca en desaprobación a las palabras del pelinegro.

-Deja de hablar tonterías, ese gato gordo no puede ser mi hijo.- se quejó. Apoyo una mano cerca de la pierna de Louis y se inclino besando rápidamente su mejilla dejándolo sorprendido. - Y ahí tienes tu beso para que dejes de estar molestando-.

El castaño se acercó e hizo lo mismo con el dejando un tierno beso sobre su mejilla.

— ¿Ves? Ya estamos progresando, a este paso vamos ha terminar casados.

-¡Louis! Deja de decir tonterías.- le reprendió.








































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