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Mingyu

El ventilador de techo zumbaba sobre él, temblando contra la base. Las cadenas de tracción golpeaban unas contra otras, un latido monótono suave y constante bajo el ruido blanco de las cuchillas en círculos. Su corazón golpeaba contra su esternón, y se frotó un pequeño círculo sobre la parte superior de su pecho, tratando de calmarse. Su pulso había estado acelerado desde que había ido a cenar a casa de Wonwoo, su corazón amenazaba con escaparse de su cuerpo después de que Wonwoo se cortara la jodida mano en la mesa de la cena.

El comentario sabelotodo sobre no cortarse había salido de la boca de Mingyu antes de que pudiera morderse la lengua, pero a diferencia de la primera vez, el dañado fue Wonwoo y lo atendió él solo.

El resto de la cena había sido tensa, con Mingyu luchando contra el impulso de lanzar miradas en dirección a Wonwoo, aunque solo fuera para leer sus rasgos. Cada mirada furtiva no le ofrecía nada, lo que también era contrario a la forma en cómo el rostro de Wonwoo se sonrojaba con una década de deseo insatisfecho después de que Mingyu lo acorralara en la cocina.

Tampoco sabía lo que había estado pensando entonces. Pero era la primera vez que estaba a solas con Wonwoo en una década. La primera vez que había estado en la casa de Wonwoo, su espacio. La primera vez que captó el olor del champú de Wonwoo. ¿Cómo había sido Wonwoo leal a la marca durante diez años? Mingyu había salido, se había casado y divorciado en ese período de tiempo. Había cambiado de productos para el cabello más veces que de compañeros de cama, y Wonwoo se lo había dicho. Él le había dicho.

"Hueles diferente", había dicho Wonwoo.

Y Mingyu había cerrado el espacio entre ellos, empujando a Wonwoo contra el mostrador. Había estado a punto de hacer algo lamentable. Algo que no debería hacer. No habría sido la primera vez que cruzara esa línea con Wonwoo, pero era más inteligente que antes. No quería cometer el mismo error dos veces.

Demonios, ya lo había hecho dos veces. Llamar a Wonwoo el día que se graduó de la universidad como si fuera un adolescente enamorado, solo para encontrarse con un silencio resonante y ensordecedor al otro lado de la línea.

Una vez.

Dos veces era suficiente.

Mingyu no necesitaba hacerlo por tercera vez.

Y, sin embargo, había algo en Wonwoo que Mingyu encontraba irresistible. Había esperado que el deseo se hubiera desvanecido con el tiempo, y le preocupaba su regreso a North Edgewood. Pero Seungkwan lo había dejado sin opciones y su estudio en la ciudad lo hacía sentir miserable. Estar en el espacio de North Edgewood había sonado como unas vacaciones, y sabía que las necesitaba. Una oportunidad para recuperar el aliento y reagruparse, para decidir lo que quería y hacer lo que necesitaba ahora que su divorcio era definitivo.

Lo que necesitaba era empezar de nuevo.

Desafortunadamente, lo que él quería era follar a Wonwoo.

Sin embargo, no podía.

Mingyu había sobrevivido a la cena a las justas y se despidió de su padre y Seojoon antes de que se levantaran de la mesa. No había forma de que pudiera volver a estar solo en la casa con Wonwoo o cometería un error.

Un error monumental.

Al menos ahora, acercándose a los treinta, se conocía lo suficientemente bien como para saberlo. Mingyu no iba a repetir su último verano en North Edgewood.

Se pasó una mano por la cara y dejó escapar un fuerte suspiro antes de pasar las piernas por el borde de la cama y ponerse de pie. No quería quedarse en la cama, pero tampoco quería ver la televisión. Una parte de él quería ir a sentarse en el patio, pero no confiaba en sí mismo para no abrir el pestillo oxidado de la valla de un metro entre el patio de su padre y el de Wonwoo, y después de eso...

Hasta Ahora - MinwonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora