Hasta Ahora - Minwon

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Mingyu

Mingyu no pudo dormir en el avión.

A pesar de que estaba cansado, siguió esperando a que Wonwoo y su padre se pelearan en los asientos económicos, la preocupación lo tenía nervioso. Bebió lo suficiente para calmar su ritmo cardíaco, y cuando aterrizaron en California sin altercados físicos desde la parte trasera del avión, finalmente se relajó.

Primera clase desembarcó primero, y él se quedó junto al mostrador del asistente, esperando a que su padre y Wonwoo salieran. Salieron juntos, no luciendo peor por el desgaste... no cómodos, pero no enojados. Fue un cambio con respecto a la forma en que su padre se había comportado durante el fin de semana, y Mingyu se alegró por ello.

Pero incluso con eso, no sabía qué decir o cómo actuar, y vaciló, esperando que Wonwoo marcara el tono de sus interacciones frente a su padre.

Tan pronto como Wonwoo lo vio, extendió la mano y Mingyu tomó su mano. Wonwoo tiró de él y le desempolvó un beso provocativo en la comisura de su boca.

"Ve a buscar un auto a casa con tu papá", dijo Wonwoo en voz baja. "Esperaré tus maletas y te encontraré en casa".

"Puedo esperar".

"Mingyu", advirtió Wonwoo, sonando cansado. "Haz que el auto deje a tu papá en su casa con Seojoon, luego ven a casa conmigo".

El calor floreció en el pecho de Mingyu ante la idea de que el hogar fuera un lugar donde estaba Wonwoo, y frunció los labios, persiguiendo otro beso.

"¿Qué casa?", preguntó.

"Dímelo tú".

"Señor", susurró Mingyu.

Wonwoo tragó, los ojos oscureciéndose.

"Mía".

"Gracias".

Wonwoo lo besó de nuevo y se despidió superficialmente de su padre antes de dirigirse hacia el reclamo del equipaje. Mingyu lo vio irse, girándose para mirar a su padre solo después de que la espalda de Wonwoo había desaparecido de la vista. Su padre tenía la cabeza inclinada hacia abajo, tocando la pantalla de su teléfono con el ceño fruncido.

"¿Quieres que consiga un coche?", preguntó.

"Tengo uno". Su padre no levantó la vista. "Le estoy enviando un mensaje de texto a Seojoon y luego podemos irnos". 

"¿Lo sabe?".

Su padre levantó la vista y deslizó su teléfono en su bolsillo. "Es mi marido, Mingyu. Por supuesto que lo sabe".

"¿Está amargo?".

"¿Por qué estaría enojado?".

"Sobre mí y Wonwoo", dijo.

Su padre ajustó la correa de su bolso sobre su hombro y lo miró sin gracia. "Él no está enojado".

"De acuerdo".

"El coche ya casi está aquí. Deberíamos salir afuera".

Mingyu siguió a su padre por el aeropuerto y pasó por el área de reclamo de equipaje. No vio a Wonwoo, pero sabía que tenía que estar por algún lado. No había forma de que las bolsas hubieran llegado tan rápido. Habían comprado un par de maletas extra en Nueva York para acomodar las cosas que Mingyu quería llevarse a California. Odiaba la idea de que Wonwoo se las arreglara solo, pero también comprendía que no estaba en condiciones de hacer demandas.

Su padre encontró el auto y Mingyu se subió al asiento trasero junto a él. El aire en la parte de atrás se sentía denso, y abrió la ventana, volviendo la cara para atrapar la brisa.