Vestidos con algunas prendas típicas de los clanes y escoltado por cuatro miembros de la guardia Pregorta que también vestían ropajes parecidos, el diplomático del imperio, Argel Bon Klauden, se arrodilló frente al trono de la matriarca del clan "Lluvia Ancestral". Los otros tantos miembros que se hallaban dentro de la gran sala, miraban con impaciencia el evento e incluso algunos parecían algo sorprendidos con el equipamiento y tamaño de los guardias pero poco importaría eso pues si el tratado que pronto se llevaría a cabo no se cerraba con gusto entonces el clan Wulfgarr haría demostración de su salvaje cultura despedazando a sus nuevos enemigos.
La matriarca del clan, Ker Artis-Braka, dijo al diplomático-Hoy es el último día de su estadía aquí, Aullador del imperio, ¿Intentará nuevamente convencerme de que haga que mi clan y los de mis hermanos se vuelvan parte de los suyos?-Parecía que la matriarca se había esforzado por aprender a hablar la lengua mayoritaria del imperio pues casi parecía nativa.
Argel se sonrió y después de clavar la mirada en Ker, tomó aire, suspiró y respondió luego de sacar una espada corta y clavarla a los pies de esta-Sé que mis vanos intentos de convencer a su temible especie por medios supuestamente "Civilizados" no funcionaran así que usaré lo que he aprendido estos días en los que he sido recibido con brazos abiertos en su clan.
-¿Desafiando a mi guerrero más fuerte a una pelea? ¿Entiende que si no gana, usted y los aquí presente de su raza serán ejecutados y usados como trofeos?-Dijo la matriarca con un tono algo piadoso.
Argel asintió y luego respondió mientras se ponía de pie-Entiendo completamente, además tal vez los wulfgarr se hayan enfrentado contra muchos adversarios en sus largos tiempos de vida pero nunca han enfrentado a un ejecutor de la Guardia Pregorta y estoy más que seguro de que, luego de un solo combate, entenderán porque deben unirse a nosotros.
Las miradas expectantes de los demás miembros del clan cayeron sobre la matriarca, esta, sin dudar un solo momento, se levantó de su trono y arrancó la espada del suelo para luego exclamar-¡Celebremos un glorioso combate!-en su idioma natal haciendo que la gran sala se llenase de gritos y aullidos cargados de excitación pues hacía tiempo desde que una especie extranjera había desafiado a un líder wulfgarr.
Los ritos de preparación comenzaron poco después de que Argel volviese a su tienda personal junto con su guardia y se encontrase con su campeón, el ejecutor Gresca, un hombre fornido envuelto en una armadura de acero negro y una capa carmesí a su espalda muy común entre los miembros de la guardia pregorta. El ejecutor se encontraba sentado sobre un banquillo, afilando su espada, y sin muchos miramientos preguntó a Argel-¿Lo has hecho?
Argel asintió y respondió mientras se apoyaba sobre una mesa que había en medio de la tienda-Debiste haber visto a la matriarca y a los demás guerreros del clan, está claro que quieren entrar en guerra contra alguien pero no lucharán para nadie a menos que demuestren que pueden ser respetables ante sus ojos.
-Me imagino que me has elegido a mí para luchar ¿No es así?-Preguntó Gresca a sabiendas de la respuesta.
Argel asintió nuevamente y luego continuó con un tono más amistoso-Obviamente, la guardia pregorta tiene miembros muy poderosos pero un ejecutor de tu tipo solo se encuentra cada tres Arcratores.
-¿"Arcratores"? ¿Tanto respetas la vieja lengua?... Y no es necesario que me halagues, elegí guiar a la guardia que te protegería así que sabía muy bien que tarde o temprano podría estar entre tus maquinaciones diplomáticas-Respondió Gresca con un tono serio.
Haciendo una mueca sarcástica, Argel respondió-¿"Maquinaciones diplomáticas"? Es solo por el bien del imperio, no somos muy distintos tu y yo ¿No es así?
-Difiero-Respondió Gresca-Tu cierras pactos con tinta, cera, papel y una lengua dorada a la que pocos resultan reacios. Yo, al contrario, dejó claras las ambiciones de mi gente con sangre y cadáveres por montones... Aunque debo decir que es menos problemático que tu trabajo.
Argel soltó una fugaz risa y luego suspiro para decir con algo de intranquilidad-Admito que tienes razón y la verdad nunca me había encontrado con seres como los Wulfgarr, he tardado más de lo que esperaba en comprender su cultura y me ha sido tremendamente difícil hallar una brecha por donde poder llegar a sus raíces y conocer sus debilidades diplomáticas pero es muy obvio que no hacen usos de esta. La historia de los clanes es una con matanzas y sangrientas carnicerías guiadas solo por el ansia de guerra, en muy pocas ocasiones han trabajado entre sí para ayudar... Su salvajismo es tan impresionante como temible.
Gresca se sonrió y, en un tono irónico, acotó-¿No te resulta familiar lo que acabas de decir?
-Veo el parecido pero comparar las guerras civiles de nuestro imperio con las carnicerías de los wulfgarr sería insultarlos, solo hubo dos batallas que terminaron en totales matanzas en nuestra historia y esas fueron las que nos hicieron entrar en razón para detener tal cosa pero estos guerreros son otra cosa, honran a sus dioses con la guerra y son capaces de condenar a un clan solo por negarse a participar a una incluso si este ya lo ha hecho antes o se encuentra en problemas que no le permitan desprenderse de algunas manos de obra-Respondió Argel con preocupación para luego continuar mientras comenzaba a caminar de un lado a otro alrededor de Gresca, que escuchaba con desinterés las palabras de su amigo-Incluso temo una batalla contra ellos, nuestras legiones son implacables y solo los Iudir se nos han presentado como posibles iguales pero esta especie es demasiado fuerte para los ejércitos del imperio. Un ejecutor puede luchar y matar a varios antes de caer, sin duda, pero ¿Un soldado de guarnición o de legión regular? Lucharan con coraje pero los aniquilaran como perros si se presenta la ocasión.
-¡Argel!-Exclamó enojado Gresca luego de golpear el suelo con la punta de su espada que ni siquiera cedió un centímetro ante el suelo de piedra-Hacer tales observaciones hace que me llene de enojo y desee ser partícipe de tu ejecución. Es mejor que dejes de hablar así y veas el poder de un imperial en todo su esplendor.
Una vez todos los preparativos completados, los demás miembros de la guardia pregorta y el clan de los wulfgarr se agruparon alrededor de un circulo marcado con huesos y cráneos de animales salvajes. Gresca fue el primero en entrar al círculo en donde un chamán wulfgarr (reconocible por su pelaje teñido de diferentes tonos de verde y un habito gris muy maltratado) permanecía en medio listo para presentar al oponente del ejecutor. Para sorpresa solo de Argel, quien vio algo sorprendido y atemorizado a tal bestia, un wulfgarr de un poco más de dos metros se presentó ante todos ondeando su pelaje negro como el carbón y unos ojos inyectados en un bordo que parecía el centro de un incendio. El chamán exclamó con una voz ronca y gélida-¡Que los dioses vean hoy al campeón de nuestro clan, Olker Artis-Traka! ¡Hijo del antiguo patriarca de nuestro clan y hermano de nuestra matriarca! ¡Hoy la sangre de unos de estos dos será derramada y los dioses estarán complacidos con ello! ¡Tatau Ak Brardeen!-Lo último fue exclamado a coro por todos los wulfgarr dando lugar al comienzo del enfrentamiento.
Gresca se mantuvo al margen de las garras de Olker durante una gran parte de la pelea, era casi imposible que este lo tocase pero todo se estaba tornando más largo de lo necesario por lo que el ejecutor arremetió contra el wulfgarr que ni siquiera se inmuto por su ataque y contraataco dándole un golpe que lo levantó en el aire y remató con otro golpe directo a su estómago que lo envió de nuevo al suelo. Los vítores de los miembros del clan se hicieron escuchar rápidamente haciendo que Olker se engrandeciera y perdiera la concentración lo suficiente para que Gresca se levantase rápido y lo tomara por la cintura para luego azotarlo contra el suelo y desembocar en una encarnizada pelea en donde la resistencia al dolor y la adrenalina eran cruciales para mantenerse en pie. Los golpes y encontronazos de ambos guerreros hacían temblar el suelo y cubrían a la multitud con expresiones de asombro y excitación, hasta Olker mismo parecía sorprendido por el poder de su contrincante, el mismo que no dudó en derribarlo y, tras arreglárselas para tomarlo del hocico y la cabeza, le partió el cuello para luego levantarse lentamente victorioso por unos minutos en los que el apellido "Gresca" era exclamado con fervor entre los wulfgarr... Segundos después cayó al suelo, desvanecido por el inmenso dolor de varios cortes y los ríos de sangre que se habían hecho a partir de estos.
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Tarvan: El circulo
Fantasy"Solo yo y mi gente posee el poder para gobernar sobre esta tierra corrompida por los débiles y los cobardes. Que sus dioses vean como los encadenamos y les abrimos la garganta" Edrar "El decadente" Volker