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- ¿vamos? - me dijo él. Asentí y se fue a cambiar.

- Déjame ducharme y salimos.

Cuando termine, me envolví en una toalla. Entre a mi pieza y prendí el mp3 d Zeb, ya que lo había dejado en mi cuarto.

- Oye tú - veo a Zeb con unos lentes de sol apoyado en la puerta. Le sonreí pero luego recordé como estaba

- Zeb vete - le cerré la puerta en la cara aunque a los dos segundos lo escucho tocar. - ¿Qué quieres?

- Nada

- Entonces deja de molestar

- Bueno, pero te esperare aquí

- Sí, claro - dije con ironía

Me puse una maya y comencé a armar una mochila que tenía para llevar todo lo que necesitábamos. Abrí la puerta para buscar algunas cosas y ahí estaba el.

- Te dije que esperaría - le sonreí y me devolvió el gesto

- Pasa - le digo y salgo en busca de mis libros y agenda

- Pe - lo miro y él me sonríe

- ¿Qué?

- ¿Qué es eso? - señala una libreta abierta. Rápidamente me acerco a ella y la cierro

- Nada que te importe

- Tiene que ver contigo, por lo que si me importa - se acuesta en la cama y mira el techo. Yo comienzo a buscar algo que ponerme para salir, ya que no pensaba caminar veinte cuadras casi desnuda.

- Ponte unos shorts y - mira alrededor - esa remera azul.

- Okey, ¿me pasas los lentes? - se estira y me los da. Me miro al espejo y comienzo a atarme el pelo pero algo me detiene. Eran las manos de Zeb - ¿algún problema?

- Si, que no vas a llevar el pelo suelto. - lo mire extrañada - mira - saca mis manos de mi cabello, toma unos mechones de este y los pone detrás de mí oreja - listo estas perfecta - me mire y aunque no era así, porque tenía todo el pelo desordenado, lo deje así.

- ¿llevas la guitarra?

- ¿eso quieres?

- Seria lindo

- Entonces la llevo, espérame un segundo

Me termine de cambiar, me puse mis lentes tornasolados y espere en el sillón a él. Cuando el apareció, traía su estuche y la misteriosa carpeta que siempre llevaba con su guitarra

- ¿puedo ver? - digo señalándola

- Recuerdo que te dije que algún día la verías - asentí - pues eso no será hoy. Bufe un poco pero luego volvimos a reír como siempre

Ya estaba preparada para caminar, pero Zeb tenía otros planes por que se dirigió en la otra dirección

- Sabes que la playa esta para el otro lado

- Sabes que el garaje esta por aquí - dijo imitando mi voz

- ¿Qué? Los chicos se llevaron la camioneta

- También el auto pero...

- ¿pero qué?

- Tengo otro tipo de vehículo. Quédate aquí - desapareció de mi vista y al rato apareció sobre una moto

- Yo no me subiré a eso

- Lo harás si no quieres caminar. Por qué los chicos se fueron a la playa donde esta Lili - dijo sonriendo

Me subí y me sujete de la cintura de Zeb. Antes de arrancar me paso un casco y dijo

- Cierra los ojos y no los abras hasta que te diga - asentí y partimos. Se sentía tan lindo el viento en mi cara - ahora, ábrelos - cuando lo hago tengo enfrente la imagen de la playa - sigue mirando. Presta atención en la arena - ahí fue cuando vi en esta la escritura "solo es imposible si no lo crees. Inténtalo" Las leí y no puede evitar abrazarlo más fuerte. - ¿sabes que te quiero?

- Claro que sí. Puedo sentirlo - volteo la cabeza y beso mi mejilla. - ya casi llegamos

Después de TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora