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Habían pasado dos semanas. Ya habíamos vuelto a la ciudad, luego de la playa Zeb estuvo muy distante. No era mi culpa, como iba a imaginar que se molestaría por eso. Valery déjalo ya, no pienses más. No vale la pena seguir así.

La casa de Pato seguía igual. Había una habitación para huéspedes. Allí me quedaba yo. Lili dijo que luego podría personalizarla como quiera, así que estaba hablando con Trace por Skype sobre eso.

- Y ¿Qué te parece? - me dijo mostrando el dibujo que hizo.

- Me encanta - le sonreí.

- ¿estas preparada para mañana?

- No lo sé, ¿estoy en el mismo curso que Zeb? - el asintió con una expresión triste, solté un largo suspiro y tape mi cara con mis manos - por todo siempre es tan difícil

- Piénsalo, allí esta Alex - lo mire enojada

- Si vuelves a hablarme de él te golpeare - el rio

- Está bien, entonces míralo de esta manera- tomo aire y lo mire fijo - mañana te vestirás como tú quieras porque ya no hay uniformes

- Una cosa buena en mi vida - dije sarcásticamente

- Bueno pesimista, te prometo que estaré contigo en el recreo, solo déjame terminar de hablar - asentí con una media sonrisa - mañana vas al aula, con Pato te sacaremos antes porque tenemos un ensayo y la directora nos dejó, solo estarás 4 horas y luego te iras.

- Me alegraste el mundo

- Deja de ser sarcástica porque te hablo enserio, soportaras esas horas a Zeb y en el ensayo trataremos que no queden solos

- Algo es algo - dije con una sonrisa falsa

- Pe, te conozco, se cómo te sientes pero - ya sabía lo que me iba a decir, escúchalo déjalo terminar y luego piensas como harás para arruinarle el día- ¿y Zeb? ¿sabes lo que fue para él? - sentí como por mis mejillas se escurrían algunas lágrimas - perdón, se me paso. Él es mi hermano y trato de cuidarlo de las cosas que, aunque, se lo impida el hace.

- Déjalo Trace, mañana hablamos - iba a cortar la comunicación - espera - le grite - ¿deje en tu casa las llaves de la moto?

- Ya me fijo. - se fue unos minutos y negó con la cabeza - nop nada acá - pensé un rato, y mire mi estante. No puede ser, siempre estuvieron ahí. Golpee mi cabeza

- Ya las encontré - me estire, las tome y las sacudí enfrente de la cámara

- Bueno, nos vemos mañana - se desconecto

Me pare y prepare mi mochila. No sé si a eso se lo puede llamar "mochila" porque la tenía hace 15 años, estaba toda cocida en los lugares en los que se descoció y tenía estampas, nombres y dibujos por todos lados. Metí dentro de ella un cuaderno forrado de blanco, lo tenia así ya que cuando me aburría pintaba sus tapas, una cartuchera de jean con una lapicera, algunos colores y lápiz. También deje lista mi ropa, no es que tarde mucho en cambiarme por que lo que me ponía para ir a estudiar eran unos jeans, una remera, mis borceguíes y mi gorro negro. Pero no quería perder tiempo.

Tome una toalla y me fui a duchar. Media hora después salí y me cambie. Peine mi cabello y me hice una trenza común, solo para tener que cepillarlo lo menos posible a la mañana.

Baje las escaleras. ¿Porque todo me pasa a mí? Allí sentado como si nada estaba Alex. Tenia ganas de golpearlo, pero me tuve que contener. Me miro. No lo podía creer. Se atrevía a mirarme. No tuve otra opción que sentarme junto a el porque los demás asientos estaban ocupados.

Después de TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora