idiota, simplemente soy un idiota. Capítulo 2

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Capítulo 2. Idiota, simplemente soy un idiota.

Era definitivamente un idiota, pero debía decidirse si sería un idiota con orgullo pero sin la mujer que amaba. O se jugaba  la última oportunidad para rescatarla de manos de aquel tipo. Sabía que el porcentaje de éxito era muy bajo pero algo en su corazón le decía que peleara por Kyoko hasta el último segundo, no por nada había cometido la locura más grande en su carrera.


Sintiéndose la peor escoria comenzó a recordar gran parte los hechos de su vida en los últimos meses.


(Tres meses antes)


-Sho ahora que tu carrera va también y que por fin después de mucho luchar se te han abierto las puertas internacionales, debes ser más responsable, quiero que cuando lleguemos a los Estados Unidos te presentes como un hombre serio, maduro y responsable- Decía animada su manager.

-Sí, sisisisisi, ya cuanto más me vas a dar la misma cantaleta, Shoko-san estoy cansado de lo mismo, si yo soy un hombre responsable.

-A veces te porta como un niño mimado- decía su representante frunciendo el ceño.

-Cuando me  he portado yo mal mi querida dama-le respondió el rubio brindándole una  sonrisa de angelito.

-¡Já! ¿Todavía lo preguntas? ¿Cuándo te has portado mal?- Recalco el Tú. La respuesta tiene nombre que comienza con K,  mi querido jovencito cada que pasa algo relacionado con Kyoko. Sinceramente no sé porque sigues empecinado con la misma idea de amargarle la vida, de vez de andar molestándola, deberías ser lo suficientemente hombre para pedirle perdón por todo lo que le has hecho y declararle tus sentimientos.

-¿Qué dices shoko? ¡Estás loca! Yo el gran Fuwa Sho no tengo porque pedirle disculpas a esa desabrida mujer, a esa bruja cambia formas que con un poco de maquillaje engaña a la gente.

-Eres patético, seguir en esa posición caprichosa de no aceptar lo que sientes, cuando yo misma te he visto como reaccionas cada que escuchas algo de ella, desde la vez que actuó en "prisioner", te quedaste pasmado al verla tan linda, tu presentación fue mediocre, ella fue quien salvo la escena y si no es por  la gran directora que teníamos "tu éxito" hubiera sido un fracaso.

-Ya, deja de sermonearme, estoy cansado.

-Como la responsable de ti, tengo que sermonearte hasta que madures. ¡Caray ya me siento vieja! Me siento como si fuera la madre de un mocoso impertinente.

El rubio giro su rostro hacia la ventanilla del avión por más que discutiera sabía que su manager tenía razón pero él era demasiado orgulloso para aceptarlo.

-Jovencito, deberías dejar de ser tan terco a hacerme caso, tienes mucho talento pero tu actitud no te ayuda mucho. Si no puedes controlar lo que sientes y  tampoco lo reconoces como podrás hacer frente al hecho de Kyoko cada vez va más alto en su carrera y está cerca de cumplir la promesa que te hizo una vez.

-¿Promesa?- preguntó el joven inquieto mientras recordó el fatídico día en que ella le juró venganza y él la reto a entrar al mundo del espectáculo, de ahí habían pasado 3 años. Él era el cantante  número 1 en Japón, estaba en el rankin de los 10 mejores de Asia y ahora viajaba rumbo a estados Unidos con el fin de abrirse camino en el mercado Anglo. Kyoko mientras ya había debutado grandemente en Japón, cada personaje que Hacia era reconocido y ganador de muchos premios. Ella era la primera Actriz del país nipón y grandemente conocida en Asia con una fuerte posibilidad de llegar más alto.

La verdad es que hacía mucho que ella ya había cumplido la palabra de alcanzarlo solo que por algún motivo ya no se mostraba interesada en restregárselo en la cara. El solo se auto engañaba refugiándose en su música y buscando más mercados para ser el mejor del mundo y que ella  siempre lo viera a Él, pero era cierto que ya Kyoko miraba para otro hombre el cual   si le correspondía.

¡Maldito Tsuruga siempre tenía que estar atravesado en su camino! siempre iba delante de él y eso lo irritaba y más que él era el  nuevo dueño del corazón de su amada Kyoko. No solo seguía siendo el top 1 en Japón  en las listas de popularidad, sino en Asia,  y sus recientes  trabajos en Norte América lo consolidaban como una estrella en ascenso en la meca del cine mundial.

Los dos pertenecían a mundos similares pero separados un cantante  y el otro actor, pero el peli negro siempre le ganaba  el popularidad y en el amor.

Cerró los ojos ocultando el dolor que quebrantaba su corazón. La verdad es que ya no podía ocultar por más tiempo que amaba a esa chica, que siempre lo había hecho pero su orgullo, terquedad y prepotencia lo había separado de  esa chica que antes daba todo por él.

Luchó por quedarse dormido no deseaba que su manager aprovechara el largo camino para sermonearlo continuamente.

Shoko simplemente  se cruzó de brazos  enojada al ver la terquedad de ese jovencito que representaba

-Sho ojala un día no te arrepientas de tu terquedad, apenas regresemos a Japón deberías buscarle y decirle que la amas y punto.

Sho solo  simulo que no escuchó. Se metió tanto en el papel de estar profundamente dormido, que término  durmiéndose realmente aunque eso no fue descanso para su tribulada alma, como si su conciencia se hubiera puesto de acuerdo con la mujer que lo sermoneaba  todos sus sueños se relacionaron con Kyoko.

La vio como la menor de los Hell con un sugestivo corpiño de cuero negro y encaje rojo, acompañado de una braga a juego, medias de malla roja  unas botas negras largas que subían hasta la rodilla con detalles de calaveras en plata.

Camino de manera sensual, calmada y provocadora hasta llegar a la mitad del trayecto que los separaba, en sus manos sujetaba algo como unos bastones pero no eran los típicos de una animadora, eran unos muy especiales. 

Parándose firme  comenzó una suave y sexy danza, donde el movimiento de caderas y hombros coordinaba perfectamente, una mirada hechizante  de la rubia lo dejo boqui abierto,  después de una sonrisa ladeada la joven accionó el mecanismo de los bastones con los cuales había estado bailando y fuego salió de ellos por sus extremos. 

La temperatura fue elevándose en el cuerpo del cantante.  Ver a  Setsuka mejor dicho a Kyoko en su expresión más sexy,  era el más maravilloso  regalo.  Deseaba poder tocarla, acariciar cada centímetro de piel, saborear su dermis y fundirse en uno con ella.

Ella debió notar lo que pasaba por la mente y el cuerpo del joven, de manera pausada se acercó al rubio, lamiéndole el lóbulo de la oreja derecha le dijo sensualmente: ¿Aun crees que soy una mujer aburrida?

Él estaba atónito, no podía decir nada. Pero su amigo se manifestaba con urgencia. Ella lo observaba deslizando la mirada desde el rostro del hombre hasta el lugar que lo delataba. Dio una maliciosa mirada al joven –  ya sé lo que quieres y te lo daré.

Él sonrió complacido, se acercó a ella necesitaba con urgencia besarla pero en ese momento sintió...

NOTAS DE AUTORA: Hola gracias a todos los que  han dado la oportunidad a esta historia.

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