Idiota, simplemente soy un idiota. Capítulo 7.

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El día más esperado por  muchos en el país del sol naciente, incluso en Asia y hasta gran parte de norte América donde la fama a de las estrellas de Lme había llegado.

Takarada Lory corría de un lado para otro revisando que los preparativos estuvieran al orden. La preparadora de bodas había perdido unos 5 kilos en una semana, Lory la tenía al borde con todo lo que quería que se realizase en la boda de sus dos estrellas.

 Acabe anotar que encima estaban las discusiones con la pareja y su jefe.

Ren deseaba una boda discreta, Kyoko algo mágico. Entre los dos actores hubieran realizado una ceremonia íntima y con toques místicos. El problema no eran los protagonistas del evento. El problema era el jefe de estos.

Takara Lory  decidió por sí mismo que la boda de sus dos más grandes estrellas tendría que ser más grande que incluso si fuera de la realeza. Se impuso como quien  costearía  los gastos para que la pareja no se opusiera a sus extravagancias.

Ni cuando los jóvenes acudieron a Kuu Hizurii para que calmara al presidente lograron algo positivo, ya que este también se unió a la planeación de la ceremonia.

Y así fue como la más nombrada organizadora de bodas de todo Asia  Meiko Fujita fue arrastrada a su peor pesadilla. La pareja explosiva de hombres no escatimaron en gastos y en extravagancias, por lo que la profesional termino viajando por muchos países en un tiempo muy reducido.

Era la locura en solo un mes había planeado la boda más grande que jamás hubiera existido.

Lo primero fue la búsqueda del lugar para celebrar la unión marital, lo que fue un gran problema. Todos los recintos eran demasiado pequeños. Primero estaba lo de la ceremonia religiosa, tanto en los templos budistas como en las iglesias católicas no eran permitidas las extravagancias del padrino de la boda. La otra opción era hacer la ceremonia en un hotel, pero las capillas de estos eran demasiado pequeñas.

Casi al borde de la locura Meiko encontró una solución un poco excéntrica.  La catedral de Santa María de los Dolores como el hotel Tokyo Paradise Real se hallaban ubicados a 5 cuadras de distancia. La catedral contaba con una capacidad de 1.000 personas y el hotel tenia las mejores instalaciones para una recepción de ensueño.

Bajo el beneplácito del señor Takarada fueron alquilados ambos sitios por tres días. Para Kyoko era algo molesto que se alquilara un hotel completo solo para una boda, ese dinero podría ser usado de mejor manera. Por ella se hubiera casado con su príncipe en aquel lago donde se habían conocido o tal vez en una boda privada en el mágico mar de Guam donde se habían dado su primer beso.

Miles de rosas, orquídeas y claveles fueron encargados junto con una cantidad extraordinaria de follaje, cristales de swarovski,  perlas,  diferente tipo de gemas, luces led  con los cuales adornaron la catedral haciendo de esta un palacio floral que daba la sensación de hallarse en un lugar de cuentos de hadas.

Las cinco cuadras que separaban el lugar de la ceremonia con la recepción fueron cerradas al público adornadas de tal manera que se convirtió en un puente de belleza y majestuosidad por donde el carruaje de la princesa pasaría.

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