𝑷𝒆𝒓𝒗𝒆𝒓𝒕 𝑶𝒑𝒑𝒂 ❄︎𝙹𝚎𝚗𝚖𝚒𝚗

E

Jennie observaba desde su puesto, como aquel chico pálido devoraba a su antojo ese kimchi

一¿Me das un poco ?.- preguntó la castaña, en lo que llevaba de tiempo ahí junto a Jimin , en ningún momento este le permitió tocar dicha comida.

一Déjame pensarlo...- continuó comiendo del plato.

一¡Es mi maldito kimchi!.- exclamó la chica poniéndose de pie con intención de quitarle el plato. Jimin por puro reflejo, apartó el mismo. Parándose, camino por alrededor del living siendo perseguido por Jennie. 一¡Yah!.- chilló e hizo un puchero.

一No caeré en ese truco, lo he visto en Somi y créeme, soy inmune ante sus manipulaciones.

Jennie de todas maneras no se quedó de brazos cruzados, claro que tomó medidas en el asunto al lanzarse sobre él, Jimin perdió el equilibrio de sus propios pies, cayendo de trasero nuevamente al suelo.

Ya estaba cansado de que su trasero sufriera tal daño, sí no era a causa de la enana de jardín, era la sexy y tierna castaña.

一¡Dame un poco, Park Jimin!.- amenazó tomando entre sus manitos, el poleron con el cual despertaba cada mañana. 一Llevas un mes aquí y ya te has adueñado de absolutamente todo.

Jimin por su parte, luchaba internamente ante dicha posición en la cual se encontraban. Dios, esa enana si le causaría una erección allí mismo sino la apartaba de él.

一No, aún me falta adueñarme de algo o más bien alguien para ser el combo completo.- insinuó alzando sus cejas pícaramente.

Jennie tardó en captar el mensaje hasta que se dio cuenta de cómo ambos se encontraban. Sin querer, se había movido sobre la entrepierna del pálido chico, sintiendo algo duro sobre ella.

一¡Ah!.- gritó asustada, levantándose de inmediato ante aquello que percibió como una erección. Sus mejillas se calentaron en un abrir y cerrar de ojos. 一N-no puede ser... Maldito pervertido.

一¿Pervertido yo?.- dijo ya de pie, agradecía que su poleron cubría parte de su entrepierna. 一Pero si fuiste tú quién causó que la bestia despertara. Asume tu responsabilidad, Kim.

La castaña retrocedió paso por paso, negando ante el acercamiento inminente de Jimin.

一¡Atrás!.- dijo viendo al chico acercarse cada vez más. 一Juro que gritaré fuerte.

一¿Ah si?.- cuestionó curioso. 一¿Qué piensas gritar? ¡Auxilio, mi maldito compañero de departamento folla como los mismos dioses! O ¡Más, dame más, oppa!.- imitó el tono de voz de Jennie, quien abrió sus ojos con mucha vergüenza. 一Quisiera realmente oír eso.

Kim estaba acorralada, no sabía por donde ir, la mirada que Jimin le daba, era igual a la de un lobo hambriento en busca de su presa.

Tragó en seco.

一¡N-no!. Tonto, ¿por qué siempre tomas todo en doble sentido?.

一Eres tan inocente.

一Claro que no, cabello de pájaro.- comentó al alzar. 一Ya quisieras tener a la misma Kim Jennie en tu cama, lástima porque en ningún párrafo dice eso de compartir ese tipo de cosas con mi compañero.

一Soy un antisistema, me importa un carajo los contratos o reglas.

一Bajate de esa nube, nunca follaré con un pervertido de tu clase.

一Ya veremos dijo el ciego.- guiño uno de sus ojos.

Jennie logró escaparse una vez de su pervertido oppa. Se encerró en su cuarto para chillar despacio e insultar de mil maneras a Jimin.

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一Si, entiendo Chu. Bien, saludos a Taehyung.

Jennie terminó de hablar con su mejor amiga, pues, llamarla hizo que su mente se distrajera un poco.

Había silencio, y eso era totalmente raro ya que Jimin suele poner música o gritar mientras juega uno de esos videojuegos ridículos.

¿Era conveniente salir?. Lo pensó varias segundos, rindiendose ante la curiosidad, decide salir a investigar. Quizás Jimin murió y ella ni cuenta se dio, por lo que, ya estaba pensando en cómo y en que lugar enterraría el cadáver del pálido.

一¿Jimin?.- murmuró. No hubo respuesta.

Buscó por todos lados, sin embargo, no había encontrado a Jimin por ninguno de estos.

Jennie terminó por preocuparse, sin prender luces, se sentó sobre el sillón blanco. ¿Y si se fue? ¿Qué haría ella con la renta?.

De todas maneras, iría a buscarlo. Si, eso iba a hacer, sin embargo, abrió sus ojos en grande al sentir un leve apretón en su trasero.

Jennie sacó las sábanas de este, encontrándose al mismísimo dios de Park, recostado sobre este. Jimin saludó sonriente a la castaña, quien no dudó en atacarlo con los cojines del mismo sillón.

一Pervertido, cochino.- menciona a medida que erraba los golpes, Jimin se paró en un instante, sujetando las manos de Jennie con firmeza.

一No es mi culpa que tu trasero sea tan apetecible y tentador, tal como me gustan.

El rostro de Jennie era una obra de arte ante los repentinos colores rojizos que sus mofletes adaptaron.

一¡Súeltame!.- forcejeo.

一Como digas.- Jimin soltó a la chica, quien cayó sobre el sillón, quedando en una posición demasiado comprometedora para Park.

一¡Auch!.- exclama, Jimin le había dado una nalgada a la par de apretar otra vez esos exquisitos glúteos. 一¡Ni se te ocurra... ¡Ahg~!.- volvió a quejarse debido a que recibió varias nalgadas en la misma zona.

一Woah! Se siente tan bien hacerlo, me gusta como responden a mi tacto.

Jennie cubrió su cuerpo rápidamente entre sábanas, a pasos torpes, corrió a su dormitorio, odiando que esos gestos del chico le hayan gustado.

一¡Te odio!.- gritó una última vez antes esconderse en su cueva, tocando seguido la zona que Jimin se encargó de nalguear.

一¡Y yo te amo! ¡También amo tu hermoso trasero!.- responde riéndose de dicho acontecimiento. Esa chica sin duda tenía algo que forzaba a su lado oscuro despertar.

Suspirando, tomó su chaqueta, llaves del departamento y salió para encontrarse un rato con sus mejores amigos.

一Idiota...- dijo la chica, oyendo perfectamente cuando este cerró la puerta.

Sin duda alguna, deberá lidiar con ese chico.

Por desesperación, decidió que lo correcto era que Jimin viviera con ella. Sin embargo, ya no estaba tan segura de eso, y aunque nunca lo admitiera, le gustaba y divertía un poco sus bromas.

一No, definitivamente no nos volverá a tocar.- le mencionó a su trasero, pues, de más estaba decir que de ahora en adelante, deberá cuidarlo del depredador más idiota de todos, Park Jimin.