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Jimin se removió entre las sábanas de su esponjosa y suave cama. Suspirando abrió sus ojos lentamente  y rogando a todo el puto mundo que Jennie estuviera a su lado.

Lamentablemente no fue así.

Eso logró despertarlo del todo, parpadeo seguido al hallase sólo. Miro por debajo de las sábanas, tenía puesto su pantalón de Chimmy, y por ende, su bóxer.

Park quiso llorar verdaderamente, al final de cuentas, todo le salía al revés, y pensó seriamente en que esto podría ser un maleficio por ser tan descarado y pervertido con su compañera.

Dios, ¿por qué me castigas así?

Queriendo tirarse del balcón, el chico pálido se levantó dispuesto a darse una ducha con agua fría. Pues despertar creyendo que habías tenido una increíble noche de sexo junto a la persona que le gusta, fue decepcionante, incluso para su orgullo de hombre.

A vagos pasos, sale de su habitación.
¿Como miraría a Jennie después de soñar con ella prácticamente?. Bueno, no es que lo haya hecho antes, sin embargo este habia sido distinto y tan real a la vez. De seguro Jennie se reirá de él si llega a mencionarlo.

—Uh ¿qué sucede?

Jennie estaba preparando el desayuno cuando Jimin apareció en la cocina, su rostro demacrado y de mal humor, hicieron pensar a la castaña que no tuvo un buen dormir.

Y claro que no fue así.

—Nada, sólo tuve una pesadilla. - Responde sin ganas.

—No me digas, que volviste a soñar con los monos vampiros o con la extinción de mandarinas. - Menciona al servir café para ambos — Ya te dije mil veces que eso no va a pasar, espero. - Susurró lo último para si misma. Sentándose frente a él.

—Fue más horripilante que eso, hasta me dan ganas de cortarme los testículos.

Jennie casi escupe su café ante esa respuesta.

—¿Tan grave es?

Jimin asintió ocultando su rostro sobre el delicado mármol de la isla. Jennie mordia su labio ante el muerto viviente que tiene fre a ella. Estaba en un debate mental sobre su contarle o no el verdadero hecho que ocurrió entre ambos anoche.

Bah, sería mala por unas horas.

—Ya, es mejor que te sirva tu desayuno y te prepares para ir a trabajar. - Intenta animarlo. —Jimin... maldito, ¿Te dormistes?

El chico rubio simplemente acató al terminar su desayuno, quizás salir un poco, lograría despejar su decepcionada actitud. Jennie después de ello, no mencionó nada más y siendo totalmente simulada, trató de caminar bien al pasar a su lado.

Jimin no tuvo piedad con ella.

Le dio unos cuantos golpecitos en su espalda antes de irse a duchar.

—¿Que hice para merecer este mal?. - Se preguntó a sí mismo.

No podía seguir pensando en eso ahora, necesitaba irse de allí lo antes posible para no seguir hundiéndose en su desgracia.

¿Que tan jodido está por Kim Jennie?

Pues, hasta la pequeña uña de su dedo del pie.

Era esa la razón que necesitaba alejarse de ella.

Se iría.

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NamJoon miraba a su amigo, desde que Jimin ingresó por esa puerta, noto al pálido algo raro. Ni siquiera había encendido su computadora o sacado sus cosas.

𝑷𝒆𝒓𝒗𝒆𝒓𝒕 𝑶𝒑𝒑𝒂 ❄︎𝙹𝚎𝚗𝚖𝚒𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora