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— Kim Minji —

Mi corazón palpitaba con fuerza, mi respiración se había vuelto muy agitada y mi vista estaba nublada por las lágrimas que salían sin permiso de mis ojos. No podía evitarlo, me sentía completamente traicionada y herida.

— ¿Sucede algo reina Minji? —Preguntó Yoohyeon en un tono burlón.

— No puedo creerlo. —Susurre levantando mi cabeza. Nuestras miradas chocaron y ella solo mostraba una vil sonrisa que nunca antes había visto. El miedo recorrió todo mi cuerpo y eso me hizo sentir algo avergonzada. Tantos años cometiendo un solo error, el error de confiar en alguien como ella, ¿Cómo no me di cuenta? Todo este tiempo me estuvo utilizando.

Acaso... acaso todo el cariño... ¿Fue una mentira? Las cosas lindas que me dijo, su apoyo en mis malos momentos, nada de eso fue real. Dentro de mi sentía como me estaba destruyendo, una amistad de años se estaba rompiendo.

— ¿Creer qué? —Miró su mano derecha que sostenía una espada con el filo apuntando a mi cuerpo. — ¿Esto?

— Eres una traidora. —Mi voz salió con mucha rabia y mis lágrimas caían lentamente.

— ¿Acaso no esperabas esto? Eres muy ingenua.

— ¿Por qué? ¡¿Por qué lo haces!? —Grité completamente enfurecida.

— ¿No esperabas un desenlace como este? —Soltó una risa seca.

— No contigo. —Esta vez mi voz fue un poco suave, el nudo en mi garganta no me ayudaba en sonar fuerte.

— Te dije tantas veces que quería tu reino. Yo sería una mejor líder que tu, ¿Acaso no lo sabías? . —Cerré mis labios con fuerza y baje la vista al suelo.

— ¡Te di un hogar! ¡Este reino era tu hogar! ¡Te cuide cuando nadie más lo hacía! Te deje vivir aquí porque eras todo para mi. —Grité completamente dolida. Mi garganta dolía y las palabras salían cortadas.

— Deja de decir tonterías Minji. —Respondió firmemente.

Cerré mis ojos con fuerza, miles de recuerdos con Yoohyeon corrían por mi mente.

— Sabes... —Hable con dificultad. — Sabes muchas cosas sobre mí. Confié en ti siempre, tú...

Ella se abalanzó sobre mí interrumpiendo mis palabras y colocó su espada a centímetros de mi cuello. Su rodilla derecha estaba aplastando mi pecho y la otra estaba sobre mi brazo izquierdo.

— ¡Basta! —Gritó. — ¡Cállate!

— Te dije tantas cosas que eran muy personales para mi, yo... siempre te quise. —Se me hacía difícil hablar, su rodilla si que me estaba aplastando y poco a poco mi respiración iba disminuyendo.

— Siempre me trataste como una simple plebeya, solo como una dama de compañía. Qué vergüenza.

— ¿Por qué? —Indagué con mucha dificultad.

— Puede ser que al principio estaba feliz de ser tu compañera, pero luego. —Hizo una pausa, tomó mi mentón con fuerza obligándome a mirarla. — Odie cada día que estaba contigo. Puede ser que nunca lo notaste, porque siempre fuiste igual de estúpida.

Contuve mis lágrimas, todas sus palabras eran como cuchillos que chocaban contra mi pecho.

— Además. —Prosiguió. — Ni siquiera eres buena reina Minji, desde que murieron tus padres lo único que hiciste fue arruinar este asqueroso pueblo.

Eso dolió.

Dolió muchísimo.

Mis ojos se llenaron de lágrimas pero no eran de tristeza sino de rabia.

— ¡No hables así de mi y de mi pueblo! —Grité intentando quitármela de encima. La furia se estaba apoderando de mi cuerpo, estaba enojada. La muerte de mis padres siempre fue un tema demasiado serio y no iba a permitir que nadie hablase así.

Con todas mis fuerzas la empuje e intente levantarme. Gracias a eso ella soltó la espada y cayó bastante lejos de su alcance. Yo al instante la tomé y apunté hacia ella.

— Mátame. —Ordenó. — Vamos, hazlo. Sé que no puedes, eres muy cobarde.

— ¿Qué es lo que te pasó? —Ignoré completamente su comentario. — ¿Dónde está la vieja Yoohyeon? Mi amiga, mi compañera, que siempre estuvo a mi lado en los momentos tan difíciles...

— No existe. Es más, nunca existió.

Esa respuesta me destrozó por dentro. Su rostro no mostraba ninguna señal de arrepentimiento, solo había una sonrisa burlona. No era la misma Yoohyeon, era distinta, muy distinta.

— Esto es... —Ni siquiera pude continuar, solo arrojé la espada lo más lejos que pude de nosotras. Ella parecía sorprendida ante mi acción. — No mataré a nadie, no soy así.

Rápidamente me dirigí a una campana que se encontraba cerca de la puerta, esta iba a llamar a toda la servidumbre y guardias hasta aquí. Quería que todos vieran en lo que Yoohyeon se había convertido. Que sepan quien era la verdadera traidora en toda esta historia.

— No lo harás. —De un segundo a otro sentí presión en mi cuello que me hizo retroceder a pocos metros de la campana. Mi aliento se esfumó en pocos segundos.

Toque mi pecho lentamente y logre sentir un líquido caliente. Baje la vista y pude ver otra espada que atravesaba mi pecho. De repente perdí el equilibrio y caí al suelo. No pude sentir nada en ese momento, solo un poco de dolor.

Pero en el corazón, no podía aceptar tal traición. No, no podía.

Yoohyeon... no...

[...]

𝐬𝐭𝐫𝐚𝐰𝐛𝐞𝐫𝐫𝐲 𝐜𝐚𝐤𝐞 🍰

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⏰ Última actualización: Nov 29, 2022 ⏰

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