Miradas Correspondidas.

3. Retirada.

Charles y Erik decidieron no llevar al recién formado grupo de mutantes. Además del pequeño incidente con su "fiesta", ellos no estaban listos para este tipo de acción. Estaban de incógnito tratando de espiar a Shaw cuando unos soldados rusos los detuvieron. Erik jamás había visto a alguien crear un plan de emergencia tan rápido como lo hizo Charles.

Cuando las puertas se abrieron, los soldados no vieron a nadie. Erik observaba a Charles. Charles estaba tan concentrado, tan sereno, usando su poder, siendo tan inteligente y tan increíblemente sensual mientras lo hacía. Era intoxicante verlo así, su mirada fría y profunda, sus labios rosas y húmedos, la manera en que su cabello se desacomodaba al tacto de sus dedos delgados, Charles era una tentación. Tan pronto como los dejaron ir, Charles se sentó y deshizo la ilusión, su respiración acelerada por la adrenalina y la sonrisa ladeada que le dedicó a Erik terminó por romper un poco la seriedad. Erik estaba conteniendo sus ganas de besarlo justo ahí y en ese momento, así que en lugar de eso, solo dio unas palmadas a las piernas de Charles.

Estaban esperando a Shaw afuera de la casa de retiro, pero cuando el helicóptero aterrizó, solo Emma estaba ahí. —¿Dónde está Shaw?— Erik estaba confundido; él usualmente atendía a sus asuntos personalmente y siempre llevaba a Emma como acompañante.

—No lo sé.— Erik volteó a ver a Charles, notando que también estaba confundido.— Pero si ella es una telépata y leo su mente, ella sabrá que estamos aquí.— Oh, esa cara. Charles hace ese gesto cada vez que está a punto de hacer algo increíblemente asombroso con su mutación. Erik podía sentir la tensión en su cuerpo.

—Déjenme intentar algo más.— Ahí está. Por mucho que Erik deseaba continuar disfrutando la manera en la que Charles se veía, necesitaba poner atención a lo que pasaba a sus alrededores. Momentos después, Charles, con evidente decepción, habló —No va a venir.— Erik vio de reojo que Charles se volteaba para hablar con Moira. Erik sabía que Charles siempre ha sido una persona encantadora. Él es así con todos, aun así, sintió algo de celos al verlos juntos. Erik se enfocó de nuevo en la voz de Moira cuando ella dijo algo como "abortar la misión".

—Yo creo que no— Erik dijo mientras comenzaba a levantarse.

—Erik...— Moira lo detuvo antes de que pudiera levantarse. —Ella es su segundo al mando. Eso es suficiente para mí. — El agarre de Moira era firme, no lo soltaba y él comenzaba a molestarse. —¿La CIA invadiendo el hogar de un veterano Soviético? ¿Estás loco?— Él sabía que Moira tenía razón, pero no la iba a dejar interferir con su misión personal —No soy la CIA.— con una pequeña sonrisa, se levantó y corrió mientras pretendía no escuchar a Charles llamándolo.

Erik dobló las vallas de metal para atrapar a los soldados mientras corría hacia la entrada, se centró en lo que necesitaba hacer. Charles todavía estaba escondido y Erik no podía escuchar lo que le estaba diciendo a Moira ni al otro agente. Sin perder el ritmo, Erik desarmó a dos soldados, pateando a uno de ellos en la cara cuando aterrizó justo enfrente de la entrada de la casa, y una vez dentro, siguió subiendo a la habitación donde estaba Emma Frost.

Charles corría detrás de Erik, incluso si no se había dado cuenta. Se reunió con Erik dentro de la casa, y Erik trató de ignorar la felicidad emanando dentro de él cuando vio a Charles acercarse. Entonces, irrumpieron en la habitación donde Emma estaba sentada, ignorando al hombre en la cama mientras Charles lo dormía. Emma tomó su forma de diamante y Erik vio cómo Charles estaba teniendo problemas para leerla.

—Puedes dejar de tratar de leer mi mente, cariño.— Charles hizo un gesto lleno de dolor, y Erik estaba tratando de mantener la calma para poder derribar a Emma. —No vas a conseguir nada de mí mientras yo esté en esta forma.— Ella corrió, tratando de escapar, pero Erik y Charles corrieron hacia ella y le impidieron irse. Erik la ató con la estructura metálica de la cama. —Entonces tú puedes decirnos.— Erik aseguró la estructura. —¿Dónde está Shaw?— Erik atrapó el cuello de Emma con el metal y comenzó a ahorcarle. —¿Erik?— Charles sonaba preocupado y confundido. Erik no podía dejarle ver qué tipo de monstruo era, pero matar a Shaw era una necesidad. Necesitaba saber dónde encontrar a ese bastardo. —Erik, es suficiente.— Sabía que estaba asustando a Charles, pero Erik necesitaba esa información. Necesitaba matar a Shaw. Necesitaba... — ¡Erik, ya es suficiente!— Erik optó por solo dañar la forma de diamante para que Charles pudiera leer su mente. Charles no merecía esto. Charles no merece al jodido monstruo que Erik Magnus Lehnsherr es.

Mientras Emma se destransformaba, Charles relajó su postura, y Erik, sabiendo que asustó a Charles, simplemente lo dejó hacer lo suyo. —Toda tuya.— Erik dio la vuelta y le dejó el resto a Charles. —Ella no volverá a cambiar a su forma de diamante. Y si lo hace, solo dale un toque suave. — Charles tocó su sien tan pronto como Erik terminó de hablar. El horror en su rostro creció mientras seguía leyendo la mente de Emma. —Hermoso, ¿no?— Charles finalmente se volvió para mirar a Erik, quien estaba intrigado por lo que estaba llenando a Charles de terror. —Esto es peor de lo que imaginábamos —Charles dijo algo sobre llevar a Emma a la CIA con ellos, pero Erik todavía estaba pensando en la reacción de Charles. Parecía preocupado y asustado. Fue la misma reacción que tuvo cuando creyó que Erik estaba a punto de matar a Emma.

Erik se hizo la promesa de jamás hacer que Charles se sienta de esa manera otra vez.