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El tiempo pasaba con una lentitud insoportable. Oliver había caído dormido varias veces ya, pero seguía sosteniendo a su mejor amigo entre sus brazos con firmeza, sintiendo el miedo de que lo arrastrarían lejos suyo en cualquier instante.

No tenía ventanas por las que mirar, la van estaba arreglada de una forma en la que se mantenía en constantes penumbras, impidiendo el ingreso de luz. Pero aún así luego de un tiempo había sido capaz de identificar lo sucia que estaba.
El suelo parecía estar bastante manchado de lo que parecía ser sangre, y no era capaz de identificar si era suya propia y de Matt, o de alguna otra persona que hubiese tenido la misma mala suerte que ellos, o incluso peor.

―¿Nos van a matar?

La casi inaudible voz de su mejor amigo lo arrastró fuera de sus pensamientos. Aquella pregunta le estremeció. Increíblemente no se lo había planteado hasta ese instante, estaba demasiado ocupado intentando analizar todo su alrededor para poder encontrar una salida.

―No. ―su respuesta fue seca, segura, firme. Intentó transmitir la confianza que él mismo necesitaba sentir―. Vamos a salir de acá en poco tiempo, no te preocupes.

Matt lo observaba con tristeza, y Oliver evitó su mirada, si lo enfrentaba sabía que no iba a ser capaz de mantener aquella compostura, y alguien debía ser fuerte por los dos. Matt estaba extremadamente vulnerable, los efectos del alcohol y la adrenalina habían bajado y con ello había sido capaz de entender mejor la situación, y también había sido capaz de sentir el dolor invadiendo su cuerpo de una forma que jamás experimentó antes.

Su orgullo estaba quebrado, su ego se había reventado en mil pedazos, se sentía un imbécil por haber confiado en un extraño de aquella forma, por haberse puesto a sí mismo y a Oliver en aquella situación.
Debió hacer caso a los gestos inusuales de su amigo, debió prestar más atención, pero su ebriedad le empujó a pasar todo por alto y obligarse a creer, por una vez, que el mundo no estaba tan podrido como siempre creyó.

―Te amo. ―su voz se escuchó rota, y Oliver dio unas suaves caricias a su brazo al notarlo.

―Te amo con mi alma, Matt. ―Oliver habló con dificultad a causa de sus heridas, se inclinó con cuidado y dejó un pequeño beso en sus labios, apenas rozándolos, pues las mismas heridas dificultaban profundizar cualquier tipo de interacción.

Ambos se mantuvieron unidos en un abrazo, negándose a separarse incluso cuando sintieron cómo el vehículo se detuvo por fin, y las voces y risas comenzaron a hacerse presentes de nuevo.

Las puertas traseras de la van se abrieron ocasionando que el aire helado diera de lleno en sus cuerpos, Oliver dejó salir un jadeo, no había notado el frío que hacía hasta ese momento, cuando se percató de que incluso estaba nevando.

―Mirá a las putas, tan juntitas ―una voz lo sacó de sus pensamientos, Oliver la identificó al instante como la voz de Charlie, el mismo tipo que lo había atacado antes.

―Charlie, calmate, o me los quedo yo ―otra voz que Oliver no pudo reconocer se hizo presente.

Alzó su mirada para fijarse en los hombres, notando que ésta vez habían más, eran cinco en total, pero ahora cada uno de ellos usaban máscaras y ésto lo desconcertó.

¿Por qué habrían de ocultarse si ya los habían visto? Al menos a dos de ellos.

Sus preguntas no tuvieron respuesta, y tampoco fue capaz de intentar crear teorías al respecto, en cuestión de segundos ya lo habían arrastrado fuera de la van, separándolo de Matt para obligarlos a ambos a caminar en la nieve.

Todo estaba oscuro, pero Oliver pudo distinguir un enorme galpón a un par de metros de distancia.

―Como pueden ver ―un hombre con una máscara azúl habló―. Este lugar está completamente abandonado, a excepción de nosotros y sus nuevos amigos. Vamos a ser las únicas personas que van a encontrar en kilómetros.

Oliver entendió al instante la intención de sus palabras; no importaba si intentaban escaparse, porque nadie podría ayudarlos.

―Si son lo suficientemente idiotas como para intentar irse, probablemente mueran en el bosque ―advirtió otro con una máscara negra que tan sólo tenía un parche en la mejilla izquierda, Oliver no consiguió identificar qué decía el logo del mismo―. Seguramente los animales los destrozarán en cuestión de nada.

Una pequeña risa se escapó de sus labios a través de la tela negra de la máscara, y Oliver pudo sentir un escalofrío recorrerle de pies a cabeza, no se atrevió a resistirse, y sabía que Matt tampoco lo haría, ambos estaban demasiado débiles y asustados como para intentar defenderse.

Ambos chicos fueron guiados hacia el galpón y en cuanto entraron, la oscuridad fue aún mayor, un pronunciado hedor se hizo presente casi instantáneamente, y Oliver cerró sus ojos con fuerza.

Sangre.

Olía a sangre por todas partes.

Escuchó un quejido y pudo ver el cuerpo de Matt ser lanzado contra el frío suelo de concreto, seguidamente el suyo propio le siguió.

―Deberían acomodarse, princesas, mañana va a ser un día interesante. ―la burlona voz de Charlie retumbó entre las paredes de concreto, hablando desde una posición de evidente superioridad que hizo que Oliver se sintiera asqueado.

La enorme puerta de metal fue cerrada luego de que los hombres se fueran, y Oliver pudo escuchar claramente cómo era asegurada con cadenas y llave.

Se acercó a Matt lo más rápido que pudo, y mientras lo ayudaba a incorporarse, sus ojos verdes examinaron la habitación.

Una extraña sensación de desconcierto lo invadió cuando fue capaz de reconocer el lugar, incluso a las figuras que les observaban desde una esquina de la habitación, arrinconadas con evidente temor.

Una de las figuras dio un par de pasos hacia ellos, acercándose con cautela, Oliver se aferró a Matt, quien se mantenía temblando, tanto por el frío como por la situación.

―¿Oli?...

Oliver abrió sus ojos con sorpresa al escuchar aquella voz, sus ojos analizaron aquel rostro entre las penumbras, entrecerrando sus párpados para intentar verlo mejor, y cuando lo consiguió, un jadeo de sorpresa se escapó de sus labios.

―¿Kellin?

Esto tenía que ser un sueño.

Insania. [Multishipp]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora