5 años atrás:
Caminaba a pasos rápidos por las calles del pueblo. Ahora pasaba por esos momentos en los que deseaba no haber cocinado. Mamá me dejó dinero para comprar algo, pero decidí que lo mejor era reunirlo para un caso importante, como un auto. El segundo en la universidad está siendo tan complicado y más por vivir al final del pueblo.
Toda mi esperanza recaía a que el señor Hendricks todavía esté donde siempre estacionado.
El pueblo estaba movido justo el día de hoy y lo odiaba tanto. Las personas no me dejaban correr con facilidad por el día de cosecha. En esta época del año el pueblo estaba rodeado por hermosas flores alrededor de las paredes de las casas y tiendas. Se notaba mucho que la nieve se había ido para dejar entrar a la primavera. El aire se sentía tan limpio no dolía cuando pasaba por mis fosas nasales. Las paredes de cemento de cada lugar estaban perfectamente adornadas con el regalo de la naturaleza. Las personas aprovechaban para nutrir su vista frente a todo lo que nos rodeaba y aunque quería apreciar mucho más de lo que ya había hecho, debía presentar un examen.
Al pasar por la tienda de frutas, escuché un silbido seguido de mi nombre y me giré, mirando a uno de los chicos de la universidad saludarme. No me detuve ni por un segundo, le devolví el saludo confundida. ¿Desde cuándo me saludaban?
Me giré de nuevo para continuar con mi camino, pero lo último que recuerdo es caer al suelo mientras varios gritos se escucharon.
...
Mi cabeza estaba llena de zumbidos y se sentía pesada. Traté de abrir los ojos varias veces, pero me dolía tanto hacerlo.
¿Qué había pasado?
Escuché murmullos en el mundo exterior al que le hacía caso omiso.
—Señorita Rosé ¿Cree que esté viva? — La voz de un hombre se hizo presente.
—Pues está respirando, así que sí. — Ahora era la voz de una mujer.
—Pero está haciendo caras raras. Puede estarse muriendo y nosotros la tenemos aquí sin ayuda. El señor George se pondrá muy molesto.
—¡Ya Jaime! No está muerta, está tratando de despertar. Y por favor, no vuelvas a amenazarme con mi padre.
—Yo n-no—
—Sí, lo hiciste. Silencio.
—P-pero señorita...
—¡Agh! Cállense... — Gruñí. Durante todo el rato en que estuvieron discutiendo decidí abrir los ojos. Dolía un poco, pero era lo mejor. Una de las principales razones era que aquella mujer prepotente me tenía harta.
Mi visión estaba borrosa, el dolor no había pasado pero los zumbidos sí. Era algo al menos. El lugar no estaba tan oscuro, en mi campo de visión se posaban dos grandes manchas negras y en el centro de la imagen sentía la luz y comprendí que era el cielo. Nunca olvidaría la imagen tan característica del cielo gris.
Salté rápidamente de mi lugar, alejando a esas dos personas que me miraban expectantes. A mi izquierda estaba un hombre mayor, alto, de tez blanca, ojos y cabello marrón, algo delgado y vestido con un traje completamente negro y elegante.
De mi lado derecho estaba una mujer increíblemente guapa, parecía ser mayor que yo pero no tanto como aquel hombre que aparentaba unos cincuenta, tes blanca, ojos marrones y cabello rubio, delgada y vestida con unos jeans rasgados, una camisa color azul claro que dejaba su ombligo al descubierto, su cabello estaba perfectamente liso y lo acompañaban unas ray ban en él.
—¿Estás bien? — Me pregunta la mujer que ahora parece preocupada.
—No... Si. — Me contradigo. — ¿Qué sucedió? — Pregunto, frotándome las sienes, tratando de aliviar un poco el dolor cabeza.
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feroz [chaennie]
FanfictionRosé Park cometía muchos errores pero jamás, jamás cuando teníamos sexo. rosé g!p. Adaptación.