El americano estaba sumido. Él estaba dentro de un lugar tan cálido que pensaba que quedaría sin salida de ahí. Estaba muy acurrucado que parecía un cachorro de oso acurrucado al lado de su madre. Él, al querer acomodarse mejor, sintió que las sábanas tenían algo raro.
Sentía como si sus sábanas estaban extremadamente suaves que no parecían que estuvieran hechas de algodón. Al apretarlas, sintió como si fuera piel. Él, asustado, abrió los ojos y se encontró con el pecho del ruso.
Por ese hecho, él casi iba a soltar un grito pero lo ahogó tapándose la boca para no despertar al Alfa. Él, sin saber que hacer con el cuerpo del ruso, sólo se quedó mirándolo mientras dormía. Él observaba lo sexy que se veía y algo que no se atrevía a admitir.
Es que el ruso tiene unas buenas tetas.
El de estrellas tenía ciertos pensamientos impuros por los grandes atributos del ruso. Él deseaba morderlos, manosearlos, acariciarlos, apretujarlos, pellizcarlos y chuparlos con descarado mientras el ruso hacía lo posible por no dejar escapar sus gemidos.
Rusia:— hey — aquella voz grave y sexy lo sacó de su trance. Con el corazón en la garganta, levantó la vista con miedo y se encontró con la mirada del ruso — ¿Que miras tanto mis atributos? — preguntó, jugando.
El estadounidense empujó al ruso, haciendo que caiga de la cama y tapando su cara con las sábanas su rostro totalmente sonrojado. El ruso, por suerte, no salió lastimado.
USA:- ¡¿CÓMO ES QUE DORMISTE CONMIGO?! - no entendía. Él ni siquiera sintió cuando el ruso se metió en su cama o cuando sintió los brazos cálidos del ruso rodearlo.
Rusia:— digamos que yo necesitaba el calor de mi Omega — respondió. El estadounidense agarró una de sus almohadas y se puso encima del ruso — ¡¡espera!! — quiso detenerlo pero fue demasiado tarde.
El estadounidense estaba ahogando al ruso con la almohada. Él tenía el objetivo de matarlo hasta que al ruso se le acabará el aire. El ruso intentaba con todos sus esfuerzos quitar al americano de encima pero fue imposible debido a que el Omega era más fuerte.
Después de diez segundos, el ruso dejó de moverse. El estadounidense se acercó lo suficiente y como supuso: el ruso estaba muerto. Él no tendría preocupaciones por esconder el cuerpo porque fácilmente podría sobornar algún policía a que fuera a incinerar el cuerpo del ruso y así poder seguir su vida como si nada hubiera pasado.
En un momento inesperado, el ruso abrió los ojos y atrapó al americano entre sus brazos. El estadounidense no se la esperó y en un segundo, el ruso estaba llenando la carita del Omega con besos.
USA:— ¡¿CÓMO ES QUE ESTAS VIVO?! - preguntó algo dificultado debido a que el ruso no dejaba de besarlo — VÍ CÓMO TE MORISTE — recalcó — TE QUEDASTE SIN AIRE — ya a éste punto, el ruso paró con lo que hacía para mirar directamente a los ojos a su pareja destinada.
Rusia:— diríamos que yo se aguantar por demasiado tiempo la respiración, querido — respondió, recibiendo un puchero del Omega — ya, mi amor, no te enojes — dicho esto, lo abrazó.
USA:— que chistoso ¿te la metió un payaso o que? — el enojo era evidente.
El ruso iba a hablar de nuevo pero el celular del país enano sonó. El contrario se levantó rápidamente y lo atendió. El ruso sólo se quedó ahí y veía al estadounidense de arriba a abajo.
USA:— ¿hola? — saludó con duda — si... — respondió — ¿En serio es hoy? — preguntó — no puede ser... — se llevó una mano a la cara — si... Intentaré ir allá — y de ahí, se cortó la llamada.
Rusia:— ¿Quien era? —
USA:— era mi hermano — respondió mientras alejaba la mano de la cara, dejándola caer — dijo que hoy hay reunión — con eso dicho, abrió su armario y empezó a buscar su traje — y si ONU pregunta por ti, le diré que estás resfriado porque tú no irás — apenas terminó de decir eso, el ruso le hacía ojitos de perrito triste para que se quede.