Pequeños relatos

No tener emociones

-- Y, ¿cómo se siente? -- Pregunto mi amiga.

-- ¿El qué? -- Respondo yo con otra pregunta.

-- Ya sabes Carla, no tener emociones como la alegría.

Siempre me han preguntado eso todas las personas que me han ido conociendo y nunca he sabido responder detalladamente esa pregunta, pero esta vez sentía que sí podía. No sabía por qué, aunque podría ser porque mi amiga me daba confianza, o porque mi psicóloga que me ayudó con mi problema.

Al estar unos segundos pensando bien la respuesta, decido responderla. 

-- Va a ser difícil para ti entenderlo, porque tú vives con emociones y no sabes que es no tenerlas. Te diría que se siente normal vivir así, ya que, yo no sé cómo se vive con emociones, para mí es normal vivir así. No puedo echar de menos algo que nunca he tenido. Te lo explicaré de una manera parecida a la que me lo explicó mi psicóloga hará dos años más o menos.

Sabes que el coche necesita gasolina para funcionar y ya dentro de él están las marchas, hay 5 o 6, incluso más. Pues en los humanos pasa lo mismo, la gasolina es el corazón y las marchas son: la felicidad, tristeza, asco, ira, miedo... Cuando hay más marchas, son más emociones, pero principalmente, van a estar las más conocidas.

Y te preguntarás qué pasa conmigo, pues mi psicóloga me decía que yo soy como un coche automático. Que funciono de otra manera. Los coches automáticos no tienen marchas, yo no tengo emociones.