iv

237 31 0
                                    

sus manos estaban entrelazadas

y ella le sonreía con amor,

como siempre lo hacía,

haciéndole sentir querido y adorado,

él también le amaba a ella,

con locura,

pero era dañino,

la contaminaba,

y es que él la amaba tanto,

que era capaz de sacrificar su felicidad,

por la de ella.

christopher; dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora