christopher; dos

xxi

cuando llegó del trabajo la encontró tendida en el suelo, sus ojos fijos en el techo y sus labios entreabiertos, la música resonaba en el lugar.

se acercó a ella y se tendió a su lado mientras enlazaba sus dedos, ella giró su rostro.

sus grandes ojos ámbar lo miraban sin expresión alguna, él intentó besarla, pero ella no se lo permitió.

-me duele -murmuró.

-¿tomaste tus medicinas? -ella asintió y se subió sobre él.

-¿si sabes que no soy un para siempre, verdad?

-al menos sé que eres un por ahora. eso me basta, daisy.

-pero a mí no -se puso de pie y caminó hasta la ventana- ¿vas a olvidarme cuando ya no esté?

-siempre vas a estar. vas a ser la estrella más hermosa que ilumine el cielo -colocó sus manos en su cintura. atrayéndola a él.

-la más hermosa -murmuró ella con voz quebrada.