christopher; dos

xviii

despertó esa mañana sin muchas ganas, el sol estaba opaco, oculto entre montones de nubes grises que avisaban que llovería en muy poco tiempo, pero aún así él no deseaba quedarse en casa.

se vistió y salió de su apartamento acomodándose la chaqueta antes de subir al ascensor, se topó con una chica de cabello castaño y grandes ojos cafés, se veía apurada buscando algo en su bolso.

"¿te importaría si marcó el número de mi piso? es que he olvidado algo" centró sus ojos suplicantes en él, era varios años menor que él, posiblemente no pasará de los 15.

se encogió de hombros y ella le sonrió ampliamente marcando el número 4. las puertas del ascensor se abrieron al llegar al piso y ella bajó. las puertas volvieron a cerrarse mientras él esperaba.

salió del edificio sin saber precisamente a donde ir, sólo dejó que sus pies lo guiaran. terminó frente a una cafetería y no se negó a entrar, pues hacía frío y parecía que iba a empezar a llover en cualquier momento. entonces la vió, la chica del ascensor, hablaba con otra chica un poco más alta que ella y por el parecido que compartían él podía jurar que eran hermanas.

la mayor giró hacía la puerta cuando la campanilla sonó, como si le importará cada persona que entraba por esa puerta, como si hubiera estado esperando por alguien, pero era evidente que no, la persona por la cual había estado esperando se encontraba frente a ella.

sólo que cuando sus ojos ámbar se posaron en él y una hermosa sonrisa se extendió por su rostro, él sintió que por fin pertenecía a un lugar y que ella era ese lugar.