Después de la injusta distribución de equipos, el grupo número dos terminó con el enemigo mucho antes de lo esperado.
Incluso si el anciano milenario no les tenía nada de estima, Luzu se encargó de liderar la victoria de su equipo, volviendo al punto de encuentro mucho antes de lo esperado.
Mientras los demás discutían sobre papeles dados por el anciano, el observó su lúgubre entorno, en la espera de un híbrido de pato particular.
Su rostro apagado, observó cómo un dulce enamorado el ardiente inframundo, con una sonrisa pasiva en sus pálidos labios. El entorno cálido y ardiente de aquel infierno lo hacían sentir en su hogar.
Lo oscuro de aquel lugar le hacía sentir mucho más cómodo que la "cálida" luz de sol, su corazón se sentía cálido con la oscuridad.
Por fin se sentía bienvenido.
Los demás, completamente ajenos al sentir del mayor, no lo vieron separarse del grupo, así como no lo escucharon hablar con el alma condenada.
Y tampoco lo escucharon murmurar las bellezas de aquellas luces repentinas, no lo observaron ser uno con el inframundo.
Sus labios solo sonrieron en una brillante mueca ante los pequeños seres recorriendo el lugar. Ese infierno desconocido comenzaba a crear un hueco en su corazón, en el cual se estaba asentando sin su voluntad.
Escuchó más voces, suponiendo la llegada de su grupo de amigos, se volteó, realmente deseaba quedarse en aquel lugar.
Comentó en grupo lo cómodo que se sentía en aquel lugar, siendo tomado como un loco, por aquel grupo que hacía llamar sus amigos. Quackity besó su mejilla, con una ligera mueca de descontento en sus labios, al parecer, nadie era capaz de comprender su sentir.
Miró a su no-novio irse con su grupo de amigos, ahí decidió actuar, después de una pequeña disputa entre ambos, todo por su ligera emoción de haber encontrado un lugar seguro.
Esperó a que Sapo Peta se separa un poco de ambos grupos, para así entablar una conversación con el mayor.
"Sapo Peta... ¿Es parte del hechizo sentirme tan bien aquí?" Miró inmediatamente el rostro del anciano, descubriendo en el una mueca de sorpresa.
"Joven Luzu... Puede ser que usted, no pertenece a nuestro mundo" El desconcierto se expresó en su rostro "Hay seres que nacieron en mundos equivocados, y tal vez, usted es uno de ellos" Luzu escuchó con atención al mayor "Siempre pensé que usted era un ser distinto, aunque no le recomiendo quedarse, es un lugar demasiado... Oscuro, aunque solo es un consejo" Recomendó el anciano al joven castaño.
Siguiendo con el camino que los otros guerreros lideraban, Luzu continuó en silencio, mientras admiraba su maravilloso entorno, el cual hacía brillar sus ojos mate.
Los demás se dedicaban a gritar y reír entre bromas, mientras su delicado corazón latía emocionado, por al fin estar en casa.
Se sintió como un guía en aquel entorno que para los demás era desconocido, para él resultó como si hubiera seguido esos caminos toda su vida, fue sencillo llegar hasta el final.
Mientras los demás se encargaban de llegar, observó con admiración la fortaleza en la que estaba, al igual que el caliente suelo en el que estaba ubicado.
Cuando sus compañeros llegaron, se encargó de combatir a su lado, ayudando con resurrecciones constantes y con su gran puntería. Siendo así, el guerrero que menos muertes acumuló, junto a algunos de sus antiguos compañeros.
La pelea fue difícil, agitada, y agotadora, pero aún así, su cuerpo parecía estar cargada de una energía ajena a la suya.
Se recuperó junto a sus compañeros, mientras observaba el cadáver de aquel ser a quién habían derrocado, surgiendo en su mente una nueva motivación.
Fué ignorado casi en un cien por ciento por sus compañeros, siendo está una costumbre a tal punto.
Miró con una pena mezclada con vergüenza, al antiguo monarca de aquellas tierras, luchando por no sonreír.
Sapo Peta explicó porque se había abierto aquella puerta, resultando en el conjuro del inexperto híbrido de oso.
Más y más murmullos surgieron de los inquietos guerreros, recordando al castaño lo fuera de lugar que estaba en aquel momento.
El anciano abrió un portal para la huída de los guerreros a Karmaland
Admite que sintió su corazón ser estrujado cuando vió que ninguno de sus compañeros se giró a buscarlo. Ni siquiera Quackity lo buscó antes de entrar al portal, el simplemente coqueteaba con Rubius.
Quizás esperó demasiado de aquellas personas, o quizás el era demasiado ingenuo.
No lo sabe, pero no le importa, puesto que no los volverá a ver.
Sapo Peta fué el último en entrar, quien se giró para intentar llamar a Luzu, quién antes de cruzar una palabra, lo empujó a aquel portal.
"Nos vemos, Sapo Peta, te dejo a Quackity."
Cuando se aseguró que absolutamente todos se fueron, rompió rápidamente la estructura del portal, con su ojos rojos brillando más que nunca antes.
"Oye, Astaroth, levántate, pudiste engañarlos a ellos, pero no a mí." Miró con nueva indiferencia al supuesto cadáver.
El demonio se levantó como si nada hubiese pasado, entre gruñidos y risas escalofriantes.
"Será divertido pelear contigo, rey." La brillante sonrisa de Luzu se mantuvo en su blanco rostro, mientras sus ojos brillaban más y más.
En el mundo oscuro, tu no sabes si es de día o de noche.
No existe ni el bien ni el mal, así como no existe la esperanza.
Solo existe la oscuridad y almas en pena, a pesar de eso, existe gente tranquila en aquel lugar oscuro, gente de la cual fiar.
Solo existe la brillante luz de la lava, capaz de llenar tu alma incompleta y capaz de guiar tu camino lleno de obstáculos.
Así como guío el camino de nuestro dulce joven castaño.
Este se encontraba sentado en su nuevo, oscuro y rojizo hogar, con un brillante casco oscuro, de grandes cuernos rojos.
El cual era el nuevo adorno de su bello trono.
Ahora Rey del mundo oscuro, Luzu.
Realmente quería que Luzu se quedará en el mundo oscuro, Karmaland no lo merece, Quackity tampoco.
Admitamoslo, Quackity no vive ni deja vivir, obviamente hablo del cubito.
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Oscuro
FanfictionLuzu por fin está donde pertenece. -Cubitos, no streamers. -Mencion Luckity. -Probablemente Two-Shot.