1) Abriendo Los Ojos

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Samuel

Cada noche del fin de semana como es de costumbre, me doy un baño con agua helada y luego salgo hasta el apartamento de Dalila, mi novia, voy vestido de forma informal, un tisher y unos vaqueros algos rasgados y como es de noche decidí traer una chaqueta negra parecida al cuero.

Aparqué mi auto en el estacionamiento del apartamento de Dalila, con una botella de champaña como a ella le gusta y unas margaritas, para acompañar la velada que tenemos planeada desde el aquella noche que por desgracia la dejé plantada.

Mi trabajo me impide pasar mucho tiempo con ella así que es difícil lidiar con nuestra relación y mi trabajo, a Dalila le molesta que pasé tiempo en el aeropuerto pero cuando eres gerente del lugar y el jefe tiene toda su confianza puesta en ti, es una carga de responsabilidad enorme, si ocurre algo debo estar presente para ayudar a los departamentos a solucionar dicho inconveniente y por desgracia tengo una novia que no le interesa ver esa parte de mi.

Abro la puerta del edificio y allí se encuentra Laura, la recepcionista, está cuando me observa me sonríe y alza sus pechos, dejó salir una leve sonrisa al recordar Ian pequeña escena de celos por parte de Dalila, por el simple hecho de la recepcionista moder su labio inferior al momento de observar mi trasero, no entiendo como, pero Dalila observó su acción, le molestó, recriminó y exigió y como era de esperarse salí perjudicado como siempre.

-Samuel que bien te queda el color frambuesa, combina con tus labios-

Enarque las cejas

-El color rojo te queda muy bien-

Le giñe el ojo y seguí caminando.

Suspiré antes de abrir la puerta del apartamento de Laura, se llevaría una sorpresa ya que le dije que llegaría tarde pero este fin de semana por una extraña razón decidí que sería diferentes, apagué mi móvil y llegué temprano donde mi mujer.

Dalila será mi esposa, tengo pensado pedirle matrimonio, para el aniversario de sus padres,tengo todo planeado incluso hasta el anillo comprado, fui directamente hasta la joyería en Nueva York para comprar el mismo anillo que una vez me comentó que le gustaría llevar en su dedo.

Abrí la puerta despacio y me adentré al lugar cerrándola a mis espaldas, coloqué la champaña en la meseta y las flores en la mesa de la sala, camino de manera delicada y sin hacer ningún ruido, hasta que unos fuertes gruñidos de placer dejaron salir de la alcoba de Dalila.

Sentí un nudo en el estómago, esos gruñidos se llevaban a cabo a la hora de tener sexo con alguien, me dije aprentando los puños y haciendo una telenovela en mi cabeza.

Dalila, mi novia de toda una vida, la mujer que más me conoce, la que a visto lo que sufrido por la muerte de mi madre, me había engañado pensé mientras sin tener conocimiento alguno de mis actos me dirigí hasta la alcoba, suspiré pienso a Dios que sea una especie de burla o alguna película , suspiré y abrí la puerta a media abrir, miré al interior y mis ojos me dejaron ver a Dalila con un hombre encima de su cuerpo, tenía tatuajes, en su espalda un enorme León y en sus nalgas el nombre de la traidora de Dalila Hebreos.

Sus ropas se encuentran en el frio mármol, un vestido rojo, sus bragas y la ropa de su acompañante.

Sentí la furia en mi cuerpo, estaba enojado, dolido había sido traicionado por la persona que jamás pensé, y eso dolía, me había matado sin saberlo.

Mis ojos se volvieron más intensos y fríos, mi rostro se convirtió en una roca de hielo, terminé de abrir la puerta con fuerza para llamar su atención, y como era de esperarse ambos se dieron cuenta, el hombre dió un salto y Dalila cerró sus piernas al ver mi rostro contraído observando su cuerpo desnudo.

¡Si Jefa,Como Usted Diga!(PausadaHastaNuevoAviso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora