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11

Louis se quedó en silencio cuando Harry abrió la puerta del coche. Se sentó en el asiento del pasajero, con los brazos cruzados y los ojos fijos en el jardín delantero. Harry dejó caer el bolso de Louis en el asiento trasero, saltó al asiento del conductor y encendió el motor, dando marcha atrás a la calle. La ausencia de sonido fue demasiado para Harry, y rápidamente encendió la radio. Tocaba una melodía suave. Él tarareó en voz baja, esperando que la tensión se rompiera. No lo hizo. Louis no se movió ni un centímetro en su asiento. Las entrañas de Harry se sentían llenas de rocas.

Llegaron a la casa de Louis demasiado pronto. No quería que Louis se fuera. No quería volver a su propia casa y enfrentarse a su familia de nuevo.

Aparcó junto a la acera frente a la casa de Louis. Se preparó para la conversación. Su voz era tranquila cuando preguntó: "¿Todavía estás enojado, bebé?"

La cabeza de Louis se volvió rápidamente, un movimiento apresurado y lleno de furia. "No me llames así".

"Louis".

"Te odio."

A Harry no le gustaron esas palabras.

"No planeé que todo esto sucediera".

Los ojos de Louis se convirtieron en rendijas. Sé que querías el caos, Harry. Al igual que sé que me besaste esa vez fuera de tu casa porque querías que tu madre viera. Tienes una agenda con todo".

Bueno. Harry en realidad no había considerado que Louis sabía que era por una causa. Sin embargo, no era como si el beso fuera puramente destinado a eso. También le gustaba besar a Louis. Le encantó, en realidad. Se sintió bien. Además, definitivamente no tenía una agenda secreta con todo. Más bien, parecía tomar decisiones precipitadas basadas en emociones abrumadoras, de las que se arrepintió cada vez.

"Yo no", respondió.

"Entonces, ¿lo que dije no era cierto?"

"Bien." No podía mentir exactamente sobre eso. "Sabía que ella estaba mirando".

"¡No te entiendo!" Louis explotó. Sus manos se alzaron en el aire, tensas y llenas de exasperación. "¡Esto es un secreto, Harry! No nos agradamos— tenemos sexo. ¡Y se supone que nadie debe saber eso! Y luego me besas frente a tu madre y haces una escena frente a tu familia en tu cumpleaños, ¡y es como si estuvieras rogando por atención! Solo quiero tomarte y sacudirte, y explicarle a tu cabeza dura que no es así como guardas un puto secreto."

Sus hombros se agitaron, mientras tanto, Harry le devolvió la mirada. Si tan solo Louis supiera cuánta razón tenía. Harry estaba pidiendo atención. No era como si se lo sirvieran en bandeja de plata todos los días. Sin embargo, no esperaba que Louis fuera tan atento a los detalles. No sabía que Louis podía ver a través de él tan fácilmente.

"Lo siento", presionó, obligando a las palabras a salir de su boca. Los ojos de Louis eran difíciles de mirar, especialmente cuando miraban con tanta fuerza, directamente a los suyos. Harry apartó la mirada finalmente, incapaz de sostenerlo. ¿Cómo fue que las palabras de Louis— sus acciones, todo lo que hacia— parecieron golpear a Harry contra el suelo? ¿Cuándo ganó alguna vez? Louis siempre ganaba. "Olvidaste mi cumpleaños", agregó.

"Lo siento cariño. No es como si estuviéramos saliendo, ni nada."

¿Importaba eso? El corazón de Harry sentía que importaba.

"Usualmente lo recuerdas de todos modos".

Él suspiró. "¿Estás enojado por eso ahora?" Volvió a cruzarse de brazos y miró hacia la casa. "Te di un regalo, por lo menos. Tú no me conseguiste uno."