extra

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-¿Por qué a los humanos les gusta tanto tocar a otros? -entrando en el apartamento de Hob, Sueño se pregunta mientras aprecia el lugar. Es la primera vez que está allí, es pequeño y algo desordenado, pero es iluminado por toda la luz que entra por las ventanas.

-Puedo explicar eso. -Gadling dice llegando al lado de Sueño, tomando su mano para guiarlo hasta el mueble de la sala de estar. -Pero prefiero hacerlo con acciones más que con palabras.

Sueño no entiende hasta que está acostado en un mueble pequeño e incómodo, atrapado entre este y el hombre inmortal que logra colocarse sobre él.

[...]

Lucien, Matthew y Mervyn no pueden evitar verse un poco confundidos cuando ven a Lord Morfeo aparecer en la biblioteca en busca de un libro. No sería extraño si no estuviera usando un atuendo tan fuera de lo común. En lugar de su típico abrigo largo y negro, lleva un suéter gris con capucha.

-Señor. -Lucien es la única que se atreve a preguntar. -¿Por qué está vestido así?

Con el libro necesario en mano, Sueño les da una mirada antes de hablar. Parecía algo desanimado, pero la verdad es que estaba intentando no verse tan avergonzado como se sentía al recordar la razón de su apariencia actual.

-Hob me lo dió. -responde con simpleza antes de salir de la biblioteca. En el pasillo de camino a su trono, Sueño debe tomarse un segundo para calmarse ante el recuerdo.

Sí, Hob se lo había dado, no se lo quitó porque le pertenecía y le gustaba como le quedaba. -¡Vamos! Te queda genial. -comentó alegreme mientras le ponía la capucha luego de que se hubiera quejado de no sentirse "cómodo" con una prenda como esa.

Sin embargo, la verdadera razón era... demasiado para explicar. Nadie necesitaba saberla, de todas maneras.

Hob había sido demasiado bueno explicando su punto sobre por qué a los humanos les gustaba tocar a otros. Había sido algo satisfactorio de entender, no recordaba la última vez que se sintió tan bien al lado de alguien. Bueno... Hob era la segunda persona con la que había estado en mucho tiempo, pero ese detalle no importaba. El punto era que no pudo contenerse y ocurrió un pequeño accidente que ensució su abrigo por no haberselo quitado antes.

Gadling tenía un talento innato para hacerlo perderse en ciertas sensaciones.

Llegando a su trono, Sueño se sienta cruzando sus piernas, abriendo el libro para comenzar a leer. Pero, distrayendose un poco, toma el cuello del suéter que tenía puesto para subirlo hasta su nariz. Olía a Hob. Era tan agradable.

Con una pequeña sonrisa, piensa en lo ansioso que secretamente se sentía por volver a ver al hombre. Si un simple toque podía hacer algo tan satisfactorio, no podía esperar para descubrir que más podía lograr Hob con su experiencia.

Un solo toque [Dreamling]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora