Luego de una charla con su hermana, Sueño tiene un lugar a donde ir.
—Tengo una cita a la cual llegar. —se despide de Muerte, quien sonríe sabiendo a quién iría a ver.
—Enviale mis saludos.
...
Descubrir que el Caballo Blanco había cerrado fue un pequeño golpe a su corazón. Para él era considerado un lugar importante, tantos años estuvo allí para él y Hob. Fue donde se conocieron, donde cada cien años se reunían para conversar sobre el tiempo pasado (aunque era Gadling quien más hablaba entre los dos).
Viendo a través de la cerca que impedía el paso al establecimiento abandonado, Sueño piensa en el pasado, en la última vez que vió a Hob.
Había actuado de manera infantil, molestándose por algo que, ciertamente, era verdad. Gadling había sugerido que iba allí a sus reuniones porque necesitaba un amigo. En aquel momento le pareció tan insolente que insinuara que el señor de los sueños se sentía tan solo que necesitaba a un mortal para llenar ese sentimiento.
Había sido estúpido.
Por supuesto que iba cada cien años a verlo porque le consideraba un amigo. Era entretenido hablar con alguien que no te temiera por lo que eras. Pero en aquel entonces, no quería aceptarlo. Encariñarse con un humano. Su antiguo él lo considera ofensivo hacia si mismo.
Ahora era diferente, claramente. Pero sólo si se trataba de Hob. Luego de un profundo pensamiento, llegó a la conclusión de que sólo podía confiar en su hermana Muerte, en Hob, en Lucien y en Matthew (sólo porque no quería escucharlo parlotear sobre lo injusto que era no agregarlo a la lista)
Entrando al nuevo pub, Sueño siente ese extraño sentimiento aprensivo en su pecho. Debe tomarse un segundo antes de entrar, pensando en sí encontraría a Hob, en cómo reaccionaría o qué se dirían.
El lugar es pequeño, así que encuentra rápido a Gadling sentado en una mesa al fondo; la mesa llena de papeles. Siente alivió al verlo allí, pero cuando se acerca los nervios se aprietan en su estomago. Ser un inmortal, considerado un dios, no te libraba de algunos sentimientos.
Tan silencioso como un fantasma, se detiene frente a la mesa con la única persona que le interesaba en el mundo de la Vigilia.
Alzando la vista, Hob Gadling se sorprende de ver a esta alta persona vestida completamente de negro frente a él. Sonríe al segundo siguiente, reconociéndola.
—Llegas tarde. —dice como si no se hubieran visto en más de doscientos años, como si no hubieran discutido la última vez que se vieron en 1889, como si no hubieran estado preocupados, pensando en el otro, durante todo ese tiempo.
—Creo que te debo una disculpa. —Sueño, Lord Morfeo, sonríe ligeramente. —He oído que es de mala educación hacer esperar a tus amigos. —está más que feliz de que Hob no esté molesto con él. Sin embargo, sabe que aún le debe una explicación por su ausencia en su última cita.
...
—Debido a eso, no pude llegar a nuestro habitual encuentro. —Sueño, sentado al lado de Hob en el asiento largo al final del bar, finaliza su relato. La noche a llegado a ellos, el lugar está vacío porque Gadling a querido que sólo estén ellos para una plática más cómoda.
Hob escuchó atentamente (está vez) todo lo que su amigo tenía que decir. Le contó la forma en que había sido atrapado, encerrado en una prisión de cristal por un siglo entero. La manera en que se sintió, los sentimientos de odio y venganza que lo llenaron, la insatisfacción luego de eso.
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Un solo toque [Dreamling]
FanfictionLuego de escapar de su prisión, recuperar sus artefactos y reconstruir su reino, a Sueño le falta hacer una sola cosa.