Entre cuidados y pequeño halagos

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Ango llegó tarde a su casa ese día, desde ese momento en que salió de la enfermería tenía que llevar a Oda a su casa e inspeccionar y ayudarlo con su lesión hasta que se fuera a dormir.  Había sido un trabajo costoso y riguroso, ese era el trabajo que debía hacer durante tres semanas, el subdirector dijo que todas las faltas se iban a justificar; pero al final todo estaba bien, la caída fue su culpa y era su obligación remediarlo.

Al día siguiente iba a ir a la casa de Oda para ayudar en lo que pudiera hacer, Incluso el día anterior Oda le dió la copia de las llaves para que pudiera entrar a la casa sin necesidad de alguien más, esto pues facilitaría el trabajo de Ango. 

—Hola, Buenos días, Oda, ¿cómo estas  hoy?  ¿duele menos la lesión?

—Buenos días, en realidad duele casi como ayer sigo sin poder caminar bien.

Ese fue su primer día como el "enfermero" y "sirviente" de Oda, aunque para Ango fue un poco raro por los contantes halagos que recibía de parte del de Ojos azules. Cuando se quitó los lentes el otro no paraba de decirle que se mira muy lindo, dijo que le gustaba su cintura e incluso lo jaló de esa parte cuando estuvo por caerse, nunca lo vió actuar así antes por lo cual era más que raro de su parte.

Era un hecho que no lo entendía, pensó que solo le gusta burlarse de el, tenía un leve sentimiento nostálgico  que le hacía recordar a Chuuya y a Dazai, pero esa no era su situación ¿verdad? 


[...]

Esto después de un año, ni siquiera pensaba continuar pero aquí tienen ^^

Entre chistes sobre Mangos y "accidentes" catastróficos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora