Día 1: Cita a ciegas

21 5 6
                                    


Vlad había tenido siempre miedo a la oscuridad, no tuvo algún trauma o experiencia que haga consecuente poseer tal miedo, sólo había nacido con éste. Su madre solía bromear de qué tal vez Vladimir había estado tan atado a la oscuridad en su anterior vida que en ésta le tocaba no poder tolerarla. Vlad se lo tomó tan enserio que empezó a leer sobre vidas pasadas desde que supo unir las palabras y darle significado. Para su decepción pasó sus tiernos primeros años sin recuerdo alguno sobre alguna otra vida y al crecer lo descartó como un sueño infantil. 

Hasta que se inscribió a una cita a ciegas, movido por la curiosidad y su amiga Milena con quién había prometido casarse sí es que llegaba a los 30 soltero, faltaba una semana para cumplir el plazo así que sería un último intento para no casarse con alguien a quién veía más de forma platónica que romántica. Milena estaba de acuerdo en eso ya que sentía lo mismo por él. Así que por eso se encontraba en éste bar llamado "The Lux", su cita había pedido la reunión ahí y eso lo hizo fruncir el ceño, Vlad no era muy asiduo a lugares así, oscuros, llenos de rincones ensombrecidos que podían ocultar cuerpos enteros. A pesar de sus muchos intentos aún le temía a la oscuridad, parecía que hoy más que nunca porque sus ojos no pararon de observar las sombras con un masoquismo que venía del miedo. Sus manos apretaron fuerte la barra de roble en dónde las personas pedían sus bebidas a la encargada de éstos, una mujer llamada Maze que se presentó cuando Vlad se había sentado en uno de los taburetes, por un momento pensó que ella sería de esos cantineros que te sacan palabra tras palabra y sopesó su capacidad de sentarse en alguna mesa llena de sombras a favor de no ser enfrentado así pero con un suspiro la vió presentarse, retirarse a preparar la bebida indicada para luego de entregarla pasar a hacer lo mismo con otro cliente. Tal vez el lugar no era tan malo. 

— Hola, Vlad—una voz como el vino que amaba tomar lo sorprendió causando que suba la mirada para darle rostro a su interlocutor.— Soy tu cita. 

— Luci… —el sobre nombre salió sin pensarlo pero luego recordó algo.— ¿Cómo sabes que soy yo? Es una cita a ciegas. Jamás me has visto. 

— Touché, aunque no he mentido, lo juro. No te he visto… en ésta vida. 

¿En ésta vida? ¿Qué demonios? Vlad se levantó alarmado, éste tipo estaba loco ¿Quién en su sano juicio investigaba hasta las fantasías de infancia de su cita? 

— Debo irme. Disculpa, Lucifer pero olvidé algo en casa —sin esperar una respuesta bajó del taburete para salir por la puerta trasera, la delantera aún tenía una cola de clientes esperando su ingreso. 

Lo que no contaba Vlad en su frenesí por escapar es que para llegar a la puerta trasera debía pasar por un pasadizo lleno de sombras debido a lo tenue que eran las luces en éste. Sombras que se hicieron más y más grandes cuánto más se adentraba. Su respiración empezó a fallarle junto a su corazón errático, su cuerpo estaba a punto de desconectarse dejándolo indefenso. Maldita oscuridad. Maldito bar y maldita cita a ciegas. Cuando encuentre a Melina le diría lo cerca que estuvo de ser viuda. 

Sí, se lo diría. Cuando salga. 

Sí sales, querrás decir.

Su voz interna a veces era su peor enemigo. 

Cállate, no aumentes mi miedo. 

¿Es miedo a la oscuridad o miedo a lo qué significa ese hombre?

No entiendo. 

— Vlad —el hombre del bar se encontraba bajo la tenue luz del pasillo, se podía vislumbrar su forma pero no sus rasgos. 

Déjate llevar por él y lo entenderás. Lo que has buscado por tanto tiempo está ante ti.

¡Es un loco!

¿Por creer en lo que tú crees? Sabes que aún piensas en lo que fuiste en otra vida. Él puede decírtelo.

El hombre iba a empezar a hablar de nuevo, sus labios y lengua a punto de emitir sonidos que saldrían entre sus dientes. 

— En ésta vida…

Lucifer sonrió, aunque no podía ver sus rastros vislumbró su postura relajándose y un destello de sus dientes, alentandolo. 

— ¿Quién eres? —tras una pausa se obligó a seguir— ¿Quién soy?

— Soy Lucifer Morningstar. Y tú eres Vladimir Tepes, somos la cita a ciegas del otro ¿No es así?

La voz del hombre estaba llena de diversión. 

— Touché —repitió lo antes dicho por Lucifer— ¿Entonces qué fuimos… en otra vida?

Con paso fluido la figura del hombre salió a la luz más nitidamente y extendió su mano. 

— Sígueme y responderé vida tras vida. 

¿Vida tras vida? ¿Había más? Recordó a su madre diciéndole que no siga a extraños, no importa qué ofrecieran. 

Lo lamento mamá. Y con ese pensamiento tomó la mano del extraño para seguirlo a la oscuridad que tanto temía. 

----

Haré el flufftober con VladLuci. Espero acabar los 31 días porque amo demasiado a esta pareja y no he podido demostrarlo demasiado en estos tiempos.

Espero les guste. Y gracias sí le dan la oportunidad de leerlo.

Nos vemos mañana sí se puede.

B l o o d & H e l l Donde viven las historias. Descúbrelo ahora