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Dolor.

Eso sentía ahora.

Ira.

Su cuerpo cada vez se acumulaba de eso, ira.

Una, dos, tres... seis botellas.

Su padrastro se había tomado seis botellas. El olor qué desprendia la sala de estar era insoportable.
¿Como es que había vivido así?

Su madre.

Corrió escaleras arriba hacia la habitación de aquel ser qué le dio la vida.
No la encontró, un suspiro de alivio salio de sus labios, aun ni llegaba a casa.

–¡EH, MOCOSO! ¡¿DONDE ESTA TU MADRE!?– Le grito una vez que el rubio bajo.

–No te importa– le respondió en voz baja mientras tomaba sus cosas para ir a donde su madre.

–¡¿Qué dijiste?!

–¡QUE NO TE IMPOR-

Las lágrimas se acumulaban en los ojos del chico y sus mejillas se pondrían rojas, eso era seguro.

–¡NO ME HABLES ASÍ!– Su padrastro iba a elevar la mano para otro golpe, pero el fue más rápido, tomo una de las muchas botellas y se la estampó en ka cabeza.

Rápidamente corrió lejos de casa y se reunió con su madre, en el lugar de trabajo de esta. Debían hablar de esto, seriamente.

–!Rakwon!– Su madre lo recibió con los brazos abiertos y el no dudo en responderle y esconder su cara en su cuello. Se sentía protegido.

–No dejes que siga, sacalo de la casa– entre sollozos le podio a su madre.

𝑀𝑎𝑐𝑎𝑟𝑜𝑛𝑠; 𝐽𝑢𝑛𝑚𝑖𝑛 ♥︎ 𝑅𝑎𝑘𝑤𝑜𝑛 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora