Atardecer - • ❤️☠️ Heavy x Lectora ☠️❤️ • -

Capítulo 3: Tacto

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No importaba cuanto intentases actuar como una chica normal, te estaba resultando muy complicado voltear a ver en dirección a Heavy. Su casa no quedaba relativamente lejos, según sus palabras, sin embargo, el tiempo se estaba tornando excesivamente lento. Tal vez era debido a la falta de cercanía. Cuando se trataba de Dee, era sencillo soltar bromas en donde terminases queriendo tumbarlo o burlarte de él, siempre terminando tú como la perdedora, y aún así, era gracioso. Esa era la relación que cargabas con él y a pesar de todo, era cómodo y tan natural. El en definitiva era cercano a ti.

—Oh mierda... —Los cables de tu cerebro al fin estaban recibiendo señal de querer funcionar—. ¿¡Veré a Dee!?

—¡Eh! —Brincó al oír tu grito tan cerca de su oído—. S-Sí, creí que eso era algo obvio.

—Lo es pero... nunca creí ver a la rubia dentro de su habitad... ¿en casa también es mamón? —Tu curiosidad y actitud descarada era tu maldición y bendición.

—¿Mamón? Te refieres a... —A Heavy se le hacia complicado seguirte el rollo de conversación.

—Ya sabes... —Ser sutil y amable no era lo tuyo—. "Quítate inútil, te dejaré la parte más sencilla".

—¡Ah! ¿Delicado? Ufff, Dee es muy estricto —Heavy podría relatar más de una historia con ese tema de conversación, pero respetaba la privacidad de su hermano.

—¿Crees que le incomode mi presencia? —Sentías nervios. Jamás pensaste que interrumpirías a ese nivel en su vida. Dee en definitiva te iba regañar.

—Bueno... —Ahora Heavy también estaba pensando en la regañada que posiblemente le daría Dee por sus acciones imprudentes—. ¡M-Mira! ¡Llegamos!

Reiterabas, era la primera vez que visitabas la casa de un amigo, por lo que estabas hecha un vibrador. Aún así, solo basto ver los ojos esmeraldas de Heavy para tranquilizarte. Sonreía con tanta confianza y apoyo, que era imposible no recibir sus sentimientos. Apretaste con más firmeza su mano y diste iniciativa a continuar, ya que, viendo desde perspectiva, Heavy había parado con el fin de tranquilizarte. Buscaba tu comodidad antes de tomar decisiones, y eso, hizo latir tu corazón de manera diferente. No acostumbrabas a ser el centro de atención de alguien, por lo que darte cuenta de las intenciones de Heavy simplemente te hacían feliz.

—¿Has perdido tus llaves? —Cuestionaste al verlo ya un rato pelear con el bolsillo de su pantalón.

—¡N-No! ¡Están justo aquí, esta vez lo juro! —Heavy no podía estar más nervioso. No quería avergonzarse ahora.

—Podemos pedirle ayuda a... —Cortaste tu frase al verlo alzar su llave—. Misión secundaria completada~.

—¡Je! Y eso que no me has visto jugando videojuegos —Declaró orgulloso. Sí, iba darte una buena demostración de sus habilidades.

Con ese pensamiento, ingresaron a su casa...

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—¿¡Por qué llegas tan tarde!? —Victoria no dudó en gritar al ver a Heavy llegar. No era costumbre en él.

—Tengo detención toda la semana, ¿no lo recuerdas? —Heavy comentó algo intimidado por el recibimiento.