Un Romance Anónimo

SIETE

Jake Byers es sexy atractivo y muy sincero con respeto a sus sentimientos

Pero, ¿Sus oscuros secretos son tan terribles?

La hermana de Jake, si sabía de seguro como hacerlo enojar.

Y, bueno de Dylan Davis, no me sorprendió.

La hermana, cuyo nombre no sabía, por ahora, notó mi querida presencia, por lo que abrió los ojos como platos, debido a mi descubrimiento.

-Hola??-Dijo finalmente, algo nerviosa.-Eres la chica de aquella cafetería no??.

-Hola, si, bueno, la del accidente, sí.-aclaré con "Confusión".

-Pues, no quiero, que malinterpretes nada, yo solo le vine a hacer un favor a Dylan, por si te lo preguntas.

Lo que me pregunto, es ¿Qué tipo de favor? Bueno, ya era imaginable.

Con esos ruidos...

En ese preciso momento, salió Dylan de la habitación en dónde ocurrieron los hechos.

-Que pasó Baby...-no dijo más, al notar mi presencia.

Estaba en boxer, y con la típica cara de haber visto un fantasma.

-¿Cielito?, ¿Por qué tan confundida?, Es obvio que aquí no pasó nada.-dijo con algo de nerviosismo, con que nervioso el mismísimo Dylan Byers, el francés más pervertido que puedes conocer.

Le estaba haciendo un favor a una de mis hermanas de corazón, ¿No es cierto Taylor?

¿Ella no era la que le hacía un favor a el?, Bueno, se notaba su nerviosismo, era toda una mentira.

-Tienen suerte de que no soy Jake, tranquilos, no le diré.

-¡¡¡GRACIAS CIELITO, YO SABIA QUE ERAMOS ALMAS GEMELAS!!!.-Dijo y "Baby" lo miro como si le dieran ganas de arrancarle la cabeza.
Dylan la miró, y dijo.

-Bueno, mi segunda alma gemela, después de Taylor.-refutó guiñándole un ojo.

-Si, cómo sea, me tengo que ir a dormir, nos vemos... Me di vuelta para marcharme pero:

-Espera. ¿Tú que hacías por aquí despierta a esta hora?-preguntó el rubio.

Cuando escuché su pregunta, quedé tiesa por unos segundos.

Me di la vuelta, para poder verlo a él y a Taylor de de frente y...

Era hora de aplicar mi don de mentirosa por lo que dije con naturalidad:

-Tenía ganas de ir al baño, no sabía en dónde estaba y por ello estaba por aquí deambulando en busca de el, y fue cuando ví a tu amada "hermanita de corazón" saliendo de tu habitación, ¿Extraño, no? .-hablé con simpleza y tanta naturalidad, que yo misma quede sorprendida, pero no lo demostré.

-Si claro, bueno, ese es el baño.-refutó señalando la primera de las puertas del otro lado del ancho, elegante, y oscuro pasillo, de la gran mansión del mafioso Jake Byers.

-Gracias, nos vemos.-dije dándoles la espalda para dirigirme al baño.

Esperé un rato para salir de una vez por todas del baño.

En cuanto salí, me fijé si había alguien todavía en el pasillo, pero, no, ya no había nadie, solo había un silencio denso, y una alta oscuridad.

Me dirigí a la puerta que si era la de huéspedes y entré.

Ya tenía mucho sueño, mi mente ya no daba para pensar, solo me decía que tenía que dormir.

Así que me tiré en la cama, luego todo se puso negro y fue lo último que recordé.