A secret place (Megadeth, Dave Mustaine) PARTE 1 y 2

10: Addicted To Chaos

Desperté con una caña terrible, mi espalda me dolía y mi culo también.
No se cuanto soporté anoche pues recuerdo muy poco de lo sucedido, supongo que el efecto de el alcohol fue bastante, no solía beber mucho y esta fuer la primera vez que lo hice.

Miré a un lado y Lars ya estaba vistiendose a un costado de la cama mirandome esperando a que despertara de mi profundo sueño.

- Jassy. Ya despertaste.- me sonrió abrochándose el pantalón.

- Que hora es??- pregunté bostezando.

- Las 12 de la mañana. ¿Porqué?-

mierda. Me había quedado dormida, ¿con qué cara miraré a mi hermano al regresar a casa?

- Voy a ir a buscar una polera a la otra habitación..- añadió besansome la frente y retirandose.

Me estiré y recogí mi ropa del suelo. Me coloqué mis zapatos para finalmente dirigirme al baño que se encontraba en el pasillo cuando me encontré con Kirk.

- Hola.- sonreí.

- Hola...La pasaste bien anoche parece.- rió con los brazos cruzados.

- Ah.- respondí nerviosa de la vergüenza. - Perdón yo..-

- Tranquila. Se nota que ustedes estan taan enamorados.- rodó los ojos.

¿Por qué kirk estaba actuando así conmigo? Yo nunca le había hecho nada y literalmente apenas lo conozco.

- ¿estás bien?- intenté acercarme a él, a lo que responde alejandose de mi.

- No...Estoy pésimo.- se dio la vuelta.

Eso fue muy extraño.
No lo pensé dos veces y volví con lars, que ya estaba con toda su ropa puesta.

- ¿Todo bien preciosa?- se acercó a mis labios y me besó.

- Si, solo... me encontré con Kirk en el pasillo y estaba actuando bastante extraño, preciera como si no le gustara la idea de que nosotros estemos juntos.- me rasqué la cabeza.

- Kirk se pone así siempre.- miró con enojo. - por eso se pone idiota y nadie lo puede soportar. Pero tu tranquila porque lo de nosotros fue de una noche, sin compromisos ¿Verdad?-

- Ah.- se me cayó la cara de vergüenza en ese instante. Puede que él tenga razón, yo solo lo conocía apenas y no hemos salido las veces suficientes como para establecer algo serio. Pensé que esa noche tenía que ser especial pues era mi primera vez, pero después de que me digiera eso sentí que no fue como yo esperaba.

- Y.- prosiguió. - Tu te tienes que ir ¿no? Ya es tarde. Te voy a dejar a tu casa si quieres.-

- si, claro.- sonreí sin ganas.

(....)

Cuando llegamos al departamento fui la única en bajarse ya que Lars dijo que no quería tener problemas con Dave así que se despidió de mi con un beso y luego se fue.

Intenté buscar mis llaves pero no las encontré, espero que más tarde pueda ir porque de seguro si me devuelvo a casa de Lars, David es capaz de volarme la cabeza aquí msimo.

Toqué la puerta para que me abrieran y apenas vi a Dave en la puerta recibiéndome me sentí presionada, no quería tener problemas con nadie y menos con él ya que es un adicto y agresivo.

-¿Y tú? ¿Por qué vienes llegando a esta hora? Se supone que debías llegar ayer.- rió mirandome mi cara de tristeza sin que le importara.

- Que te importa. Ni siquiera eres mi padre para decirme eso, tan solo eres el amigo de mi hermano. Nada más.- entré a la casa apartándolo del camino y vi al castaño de brazos cruzados en el pasillo.

- Vaya, Vaya. Asi que pasaste la noche con Lars...- claro, a él no se le escapaba una.

El pelirrojo me miró en furecido, Sus ojos estaban rojos por tanto fumar marihuana y su cabello rojizo estaba alborotado.

- Si...Pero es mi problema ¿si?, ¡ustedes no son quien para decirme que hacer y menos decirme con quién me acuesto o no!- grite enfurecida.

- Ish, que te pasa.- me preguntó el pelirrojo a lo que yo lo miré con una mirada amenazante.

Las horas pasaron y yo ya no aguantaba éste sentimiento de mierda.
Ya estaba anocheciendo y Dave como mi hermano estaban preparando sus cosas para dormir. Debo aclarar que el pelirrojo este durmiendo en la habitación, la que da hacia el corredor y está junto a la mia.

Debían ser las 12:30 porque ya no se escuchaban muchos autos afuera.
Me bajé cuidadosamente de mi cama, aún no me había puesto mi pijama así que opté por ir sigilosamente hacia la habitación del castaño y sacarle de su veñador, sus llaves del auto.

Sus ronquidos eran iguales a los de una camioneta y no tuve problema en sacar las llaves debido a su sueño pesado.
Nuevamente, caminé de puntas hasta llegar a la sala principal por la cual salí hacia la calle cerrando el departamento lenta y sileciosamente.