El claro de tu piel.
Tu sonrisa despiadada.
Tu mirada osada.
Tus palabras cortadas.
Tus lágrimas de cristal.
Tu perfume de rosal.
Tus caderas curvadas.
Tus clavículas marcadas.
La sangre de mis fauces,
Selladas como hombreras.
Lo quebrado de tu alma,
Impregnados en la oscuridad de tus ojos.
La belleza de tu rostro,
Recostado por el pecho mío e inhalando mi perfume.
He tocado el Nirvana.
He buscado la paz,
En tu eterna calamidad.
Pero el fino de tus labios,
Se ha cruzado con los míos.
Tu vacío penetrante ha consumido mis entrañas.
Ansioso esperando un dulce te amo,
Pero el tenue susurrante de tus palabras,
Vocifera una despedida.
Ciego sollozante que un día pude ver,
El cálido amor deleitante de tu querer.
Abrumante agonía el que desprendiste en mi ser.
El desenlace terminal de mi vida.
El principio de La Bruma.
El caótico final,
De Nuestra historia sin fin.