Mi novio se encuentra en el torno dando forma a una masa deforme de arcilla. Sus fuertes y grandes manos aprietan intentando moldearla a su antojo, provocando que las venas de sus brazos se marquen. Es una imagen que nunca me cansaré de ver.
Me encuentro sentado al otro lado del taller, pero la imagen ante mis ojos me lleva hacia él. Cuando me ve venir, se echa un poco para atrás en su asiento incitando que me siente en su regazo. Esos taburetes son traicioneros para que dos personas se sienten juntas, pero haciendo caso omiso de ello, acepto la invitación encantado.
Posicionándome a su lado, observo mi "asiento" y procedo a pasar una pierna por encima de las suyas quedando de pie aún. Echo la mirada hacia abajo, y me encuentro justo lo que estaba imaginando. Mi querido punzón, usando esa herramienta del taller como apodo cariñoso pero que también me sirve para meterme con él, me observa tentado por la posición en la que me encuentro. Feliz me siento ya en sus piernas y le doy un rápido beso en los labios.
Luego me acomodo cual Koala, abrazándolo y apoyando mi cabeza en uno de sus hombros mientras inhalo su aroma embriagando todos mis sentidos.
-Esto me recuerda a cuando empezamos a salir. ¿Te acuerdas? - Con las manos empiezo a hacer movimientos circulares en su ancha espalda.
Como contestación recibo un sonido de afirmación. Cuando está concentrado es difícil mantener una conversación con él, ya que tiene toda su atención puesta en la arcilla. No me molesta. Es más, sé que, aunque tal vez no sea una conversación, sí me da muestras de afecto para hacerme saber que está ahí.
Puede ser un pequeño beso en la mejilla, una caricia en la pierna cuando voy en pantalón corto y solo así me manchará la piel o demás pequeños detalles que amo que haga. Cada vez que termina una de sus piezas, yo puedo llegar a estar marcado con restos de arcilla por todo mi cuerpo, y cuando los miro solo puedo sentir el amor que siento hacia él y lo afortunado que fui de acabar con él.
Siempre recordaré el día que lo conocí y lo agradecido que le estoy al cielo por ello.
֍֍֍
Miro arriba y observo como las negras nubes tienen colapsado el cielo. Con toda la actitud del mundo salgo del edificio determinado a llegar a casa antes de que la lluvia me pille. Hoy, justo hoy, tenía que ser el día que no tenía el coche.
Estoy a mitad de camino cuando la primera gota golpea mi mejilla. Tras eso, no pasan ni dos minutos cuando un verdadero aguacero se me echa encima. La lluvia no me deja ver por dónde voy. Calado hasta los huesos y el modo desesperado de refugiarme activado, localizo un local con la luz aún encendida, por lo que, sin dudarlo, me adentro en este.
Me paso las manos por la cara para apartar el agua de mis ojos y frente a mí descubro a la única persona que no esperaba ver.
- Buena ducha que te has dado. - Una preciosa sonrisa adornada con hoyuelos me recibe.
- Pensaba que lograría llegar a mi casa, pero la suerte hoy no está de mi lado. Perdona, que te estoy creando un charco. - Me rasco la nuca sin saber muy bien qué hacer. Sigo sin creer que se trate de él.
- No te preocupes. Espera que te traigo unas toallas y algo de ropa de cambio. No puedo dejar que te quedes ahí todo empapado y pilles un catarro.
Observo como se aleja rápidamente sin darme tiempo a emitir palabra al respecto. Me saco la bufanda, el abrigo y el jersey totalmente empapados como si hubiera nadado en un lago con ellos y los deposito con cuidado en el suelo, intentado no hacer mucho desastre. Así me quedo, tan solo con la camiseta de manga corta en la parte superior de mi cuerpo.
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Amoldando Nuestro Amor | Minchan • Banginho
Fiksi PenggemarChan se dedica a la cerámica en un taller y, Minho, un día lluvioso, entra por la puerta de su tienda. ¿Habrá sido el destino? Advertencias: - Contenido Homosexual - Dobles sentidos subidos de tono También se encuentra en AO3. (@Dayk__Skyy) Aclarac...