Una tarde, Hooper bajó a visitar a su abuela al cementerio como lo había hecho casi todos los meses, cada vez que iba, hablaba en la tumba de su querida abuela contándole los acontecimientos de su vida. Pero esta vez fue diferente porque, Yamada lo acompañó haciendo que el rubio se sintiera muy feliz después de todo pudo presentarle su novio a su querida abuela de la que habló muchas veces.