Capítulo 2: La burla del colegio

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Déjenme contarles quién es Brandon Clark. Bien, la historia es así, cuando mi hermana Fernanda era pequeña conoció a Annie y se hicieron amigas. Mi mamá acostumbraba a llevarme a sus citas de juegos para no dejarme sola, pues tenía que trabajar y tener su vida y ahí en su gran casa, una casa inmensa con todo lo que unos niños puedan desear... conocí a Brandon, que era mayor que Annie y por un par de años.

Era un niño lindo y, como yo era la menor de todos, siempre me protegió y me cuidaba. En poco tiempo éramos un grupo de amigos donde siempre me trataban como una especie de mascota del grupo, supongo que era una niña inocente y rechoncha, lo cual parecería adorable en ese momento. Pero Brandon... siempre fue especial conmigo, eso es verdad, jamás lo ocultaba, todo lo contrario. Me tenía paciencia si no aprendía algo, me explicaba y hasta se unía a mis juegos. Deben haber sido tontos y aburridos para un niño inteligente y mayor que yo, jugar a la doctora con mis peluches, armar casas con libros o hacer rompecabezas, juegos tontos y nerd que me gustaban.

A veces la familia Clark nos invitaba a su casa de la playa a mi hermana y a mí... y esos simplemente fueron los mejores días de mi vida. Jugábamos en la arena y él me ayudaba a construir castillos y recolectar conchas de mar. A veces durante los veranos se unía su primo Billy, de la misma edad que Annie y mi hermana. Era divertido y siempre estuvo en contacto conmigo, a través de los años. Yo que no tenía nadie con quien jugar porque para mi hermana siempre fui y cito "su estúpida hermana menor gordita y tonta", de repente tener un completo grupo de niños a los que yo le agradaba, pues era un sueño hecho realidad. Annie era gentil, Brandon siempre estaba atento a mí y Billy era como el payaso del grupo, haciéndome reír. Los Clark desde pequeños me hicieron parte de sí. Fernanda hasta se comportaba bien conmigo cuando ellos estaban.

Con el tiempo fui creciendo y entendí cuán especial era esa familia. Sus padres me trataban mejor que mi mamá, y parecían ver algo especial en mí. También me di cuenta de que Brandon era un niño serio y a la vez, popular en la escuela, a veces jugaba conmigo, pero era como si él fuera de otro mundo: de dinero, bello e inteligente. Son cosas que cuando uno es pequeño no se da cuenta, hasta que, finalmente entiendes. Y yo lo vi tarde, muy tarde.

Brandon parecería que de grande iba a tener todo lo que quisiera. En cambio, yo era una niña introvertida, que pintaba y que tenía pocos amigos. Pero cuando jugaba en su casa él volvía a ser el Brandon de siempre, amable, enseñándome a jugar sus videojuegos y riéndonos como tontos, siempre tenía un espacio y tiempo para mí. Yo ingenuamente pensaba que iba a ser así siempre. Cuán equivocada estaba, supongo que era parte de la ingenuidad de la infancia.

 Crecimos, y poco a poco los Clark eran cada vez más atractivos y brillantes. Nuestra amistad seguía, pero yo veía como nos observaban en el colegio cuando estábamos juntos, no éramos iguales, éramos como criaturas de diferentes mundos. Hasta mi hermana se alejaba de mí... yo no encajaba y sin duda era poco popular. Poco después ellos estuvieron un par de años en Europa, tampoco vi a Billy y cuando volvieron, todo cambió. Dios mío... como cambió todo. Me duele de solo pensarlo.

Cuando regresaron y estábamos en plena adolescencia, esa época en los que los cambios están a la orden del día, algunos para bien, otros para mal. En el caso de Annie y Brandon, para bien, para muyyy bien. Annie y Brando eran el sueño de la escuela. El cabello claro de Brandon, rubio oscuro estaba peinado a la moda, su ropa era fantástica, había crecido varios centímetros y sus músculos se habían desarrollado como si hiciera pesas todos los días, era simplemente precioso, como si la adolescencia potenciara su atractivo, belleza y buenas cualidades.

Era el mejor de su clase y apreciado por todos, era el chico ideal, los profesores lo amaban, los chicos querían ser como él y las chicas pues... estar con él. Annie era preciosa con su cabello largo y sus vestidos de marca, perfecta como una muñeca, buena estudiante, una chica ideal. Ella seguía siendo amable conmigo y su familia me adoraba. Mi hermana hacía lo posible para que no se enteraran de que estábamos relacionadas, siempre intentando ser popular y tratar de parecerse lo más posible a Annie, con lo que más podía de sus ropas y estilo y bueno, yo era... yo. 

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