JiMin sólo quería ayudar a su amigo, ¿cómo es que terminó enredado en asuntos con la mafia, atrapado en una isla en medio de la nada en el inmenso océano, y secuestrado por un hombre que asegura ser su dueño y, prácticamente, el amor de su vida?
«No...
▕ Capítulo cuatro: Júpiter y ramen caliente de pollo.
爱 ━ Narrado por Park JiMin
Don't cry - Guns N' Roses
Umbrella - Rihanna
Sign of the Times - Harry Styles
I Love You So - The Walters
One Of Us - ABBA
People you know - Selena Gomez
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Detesto los hospitales. Trato de nunca estar dentro de uno, ni de clínicas o consultas. El dentista también me incomoda. Todo ese... aroma a alcohol y otros químicos tóxicos, junto al sonido de montones de gente enferma o adolorida, llantos de preocupación y muy pocas veces de alivio.
Y esa voz en mi cabeza.
¡Ommi! ¡Ommi, no te mueras! ¡Por favor!
Cierro los ojos con fuerza cuando el recuerdo me invade. No lo llevo muy bien, a veces lo controlo, pero supongo que es inevitable al tener el culo sentado en la incómoda camilla y las manos de la enfermera en mi brazo.
Al menos el dolor psicológico me distrajo del dolor físico.
Ante la mueca en mi rostro, la enfermera se espanta y detiene su acción de vendar mi hombro.
─Lo siento otra vez, cariño. ¿Te ha dolido? ─Pregunta, preocupada.
La miro de reojo, tratando de conectar mi mente. Ha preguntado eso las últimas diez veces en que mis pensamientos deforman mi usualmente radiante expresión con una mueca trastornada. Y en esas diez veces, he respondido lo mismo.
─Me dispararon, señorita. ─Y en el señorita, procuro añadir un toque de veneno en mi voz. ─¿Debería no dolerme?
Ella, seguramente acostumbrada, sólo fuerza la sonrisa en sus labios y los relame.
─Debería doler, claro que sí. Sólo me disculpo si he llegado a ser brusca, no era mi intención.
Suspiro, teniéndole piedad sólo porque tuve un día asqueroso y ella se ve igual de cansada. Imagino que tomar el turno de noche no debe ser sencillo.
─No lo ha sido, así que no se preocupe y deje de disculparse. ─Ella asiente, y continúa pasando la suave venda por mi herida ya curada. Mi mirada vacía e irritada vuelve a las baldosas del piso de la sala de urgencias, y suspiro entre dientes cuando la voz de TaeHyung resuena en mi cabeza como si fuera una habitación vacía de casa nueva.
No digas nada de esto a nadie, por favor. Te lo ruego, JiMin. Quédate y hablemos.
Gruño, frustrado. Ni siquiera puedo pensar correctamente, sólo siento la rabia y el dolor perforando otro agujero en mi corazón.
