8. Amistad sincera

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—¿Necesitas ayuda? —La gruesa voz a su espalda lo sobresalta, girando de golpe Gulf para encontrar a Off sonriéndole de lado, junto a Gun, Tay —con el cabello revuelto— y New, con los labios sospechosamente hinchados

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—¿Necesitas ayuda? —La gruesa voz a su espalda lo sobresalta, girando de golpe Gulf para encontrar a Off sonriéndole de lado, junto a Gun, Tay —con el cabello revuelto— y New, con los labios sospechosamente hinchados.

—Lo sentimos... —New le sonríe, poquito, acercándose a abrazarlo por el costado—. Fue tonto no apoyarte por creer que hacíamos lo mejor protegiéndote.

—Queremos que seas feliz siempre Gulfie —Gun toma el ramo de flores, mirando a su mejor amigo a los ojos, absolutamente sincero—. Y estaremos para apoyarte.

Gulf sonríe, enternecido. Extiende el peluche a Off quien lo sostiene mientras los tres amigos se abrazan. Entre el alboroto y la emoción de ir con sus respectivos amores todos olvidaron que San Valentín no es solamente regalos, flores y cartas de amor. Es conmemorar y agradecer la amistad sincera: esa que está ahí para ti en las buenas y en las malas, que se preocupa por tu bienestar y te jala del cabello cuando lo necesitas.

Off llama la atención de su ahora novio con un toquecito en el hombro. Gun se separa para mirarlo y entiende el mensaje silencioso de miradas que le envía el mayor.

El castaño es quien rompe el tierno abrazo.

—Gulfie, debemos ir a buscar a Mew a su casa, hoy no vino a jugar. —el menor traga saliva, preparándose—. ¿Estás listo?

—Lo estoy.

—Andando —New le sonríe al más joven—. Hay un Phi que enamorar.

La escena era de película cursi de los años ochenta: cinco muchachos en fila caminando por las calles con un enorme oso de felpa, un ramo de girasoles y al frente de la comandancia un delgado pelinegro que llevaba no solo el corazón vuelto loco en su sitio, sino también un circo de mariposas en el estómago, ansiosas.

Así llegaron a casa del Phi.

New le acomoda la camiseta y el cabello, Gun le roció perfume, Tay le untó bálsamo labial y Off le entregó el enorme oso, dándole por último las flores.

—¿Estás listo? —Tay mantiene el dedo sobre el timbre, ansioso.

A la señal de Gulf, toca y todos salen corriendo a esconderse, dejando solo y desamparado al muchachito detrás del monumental oso de felpa. 

𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ

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Un ramo de girasolesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora