remenber the euphoria [ 3 ] 'nd chaelisa

17: build a bitch.

ⓘ Sensitive Content.

﹙Aclaración﹚ La historia narrada no es del presente, si no un recuerdo de nuestra personaje.

﹙Personajes﹚Joohyun × Seulgi.

﹙Mención﹚Asfixia, fiestas, alcohol, y demás cosas.

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En la cuidad de Seúl todo podía cambiar en una noche, en esta ocasión una Joohyun de 17 años de edad se encontraba junto a su mejor amiga caminando por la cuidad mientras platicaban sobre una fiesta la cuál sería presentada por la única hija del apellido Manoban, una de las familias más poderosas que podían habitar en Corea; Poseyentes de mucho dinero, riquezas, propiedades y sucursales en todo el país e incluso en el extranjero, lo más cercano a la realeza que había en el país, pues todos sabían que si te metas con ellos muy bien podías acabar de una mala manera.

Toda la preparatoria estaba hablando de ello, los Manoban iban a asistir a un viaje de negocios muy importante y su hija había invitado a toda la escuela a una gran fiesta en su hogar mientras ellos no estaban. Nadie se perdería la oportunidad de ir y mucho menos ambas, quienes apenas escucharon de la noticia concordaron para ir juntas aquella noche para divertirse un poco.

—¿En serio crees que ir es una buena idea? Es decir, no asistimos mucho a ese tipo de cosas. —Seulgi rasco su nuca, apenada. No deseaba decir abiertamente que no quería someter a Joohyun a algo como una fiesta, sabía cómo podía llegar a ponerse debido a un desafortunado accidente hacia poco.

Habían ido juntas a una cafetería que quedaba cerca de la preparatoria, pero mientras salían ya comenzaba a hacerse tarde, por lo que decidieron quedarse en una banca mientras rebotaban los pasteles de arroz tranquilamente para volver a casa al acabar.

Los adolescentes pasaban alrededor, pero había una que resaltaba en particular, quien estaba cerca de la zona donde ambas se encontraban. Esta mantenía su mirada fija en Seulgi en todo momento mientras que está no estaba ni siquiera percatandose de tal atrocidad que pasaba justo en frente de sus ojos.

Todo empeoró cuando está desconocida se acercó a ambas de manera... ¿Coqueta? Si así podía llamarse, yendo directamente hacia Seulgi mientras la dejaba a un lado en todo momento.

Estaba ofendida, pero no porque no estuviera interesada en ella, si no porque prácticamente se había pasado su presencia por el culo.

—Hola, bonita. —Había comenzado, mirando a Seulgi como si se la quisiera comer. —¿Hay algo de malo con mi celular? Porque no tiene tu número. —Después de esta vaga frase de ligue finalmente Seulgi levantó su mirada.

Un celular se encontraba frente a ellas con la acción de agregar nuevo contacto ya presionada con solo cuestión de poner el número de teléfono para continuar.

Se quedó sin habla, algo incomoda, prácticamente sin saber cómo reaccionar correctamente a la situación.

Pero alguien lo hizo antes que ella.

Un fuerte quejido se escucho cuando la muñeca de aquella chica desconocida fue apretada con fuerza, haciéndola chillar del dolor y soltar el celular el cual cayó directamente al suelo sobre una piedra, rompiendo en millones de pedazos la pantalla.

No se arrepentía, si eso le preguntaban.

—Creo que ahora tiene dos problemas. —Respondió de manera burlesca, torciendo su muñeca, haciéndola chillar mucho más mientras trataba de soltar su agarre.

Cabe mencionar que Seulgi tuvo que separarlas antes de que le rompiera el brazo a aquella pobre chica que salió huyendo con su celular apenas tuvo la oportunidad.

Ridícula.

Pero mientas que Seulgi sentía pánico de recordar la situación, aparentemente a Joohyun solamente le causaba gracia pura, riendo y tomándolo como una broma sin sentido alguno, como si casi no hubiera llevado al hospital a alguien.

Desde entonces Seulgi no confía demasiado en llevar a Joohyun a lugares de ese estilo, donde hayan personas que la observen demasiado.

—¡Vamos! ¿Por qué no confías en mi? No es como si algo malo pudiera pasar. —Seulgi pasó saliva audiblemente cuando escucho aquellas palabras.

No es como si algo malo pudiera pasar. Ocho palabras que siempre terminaban dela peor manera posible.

Pero no le quedaba nada más que confiar en la posibilidad de que anda malo pudiera pasar ¿Cierto? No había necesidad de que todo saliera de una mala manera.

O eso esperaba.

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En la fiesta, todo iba más tranquilo de lo usual. Ambas se habían unido a un grupo de personas que estaban en aquel lugar, platicando un rato o simplemente yendo a buscar algo de alcohol, porque así es, a pesar de ser menores de edad en ese estilo de fiestas nunca faltaba una buena botella de Whisky.

Seulgi por su parte, no había bebido más que una cerveza para evitar inconvenientes menores como el tener que lidiar con una borracha Joohyun.

Pero pasó justamente lo que no debía pasar, y justo en un pequeño descuido una chica se acercó cuando menos se lo esperaba.

Posó su mano en su hombro y la hizo voltear, esta se veía increíblemente borracha.

—A las chicas como tu no se les habla, se les besa. —Hablo arrastrando las palabras, antes de rodear con sus brazos su cuello mientras sonreía. El olor a alcohol se podía sentír en su aliento, y cuando estuvo a punto de apartarla sus labios chocaron contra los suyos.

Joohyun a la distancia, observando todo aquello pudo ver como empujaba a la chica.

Pero esto no podía quedarse así tan fácilmente.

Antes de que acabará la fiesta, Joohyun logró escabullirse de Seulgi y salir cuando vio a aquella misma chica desconocida irse y caminar hasta una tienda de 24 horas que estaba abierta.

Una sonrisa se plasmó en su cara cuando salió corriendo al baño, dejando la puerta abierta inconscientemente.

Corrió como pudo hacia ella, y antes de que siquiera pudiera vomitar todo el alcohol en su sistema su cabello fue tomado con brutalidad mientras era empujada su cabeza dentro del inodoro.

Ahogandola.

No podía gritar, tampoco defenderse, su cuerpo cada vez poco a poco iba dejando de reaccionar hasta que ambos brazos cayeron a sus lados.

Sacó su cabeza del inodoro y empujó su cuerpo sin vida directamente al suelo, dándole una última parada antes de irse del lugar.

Solo sabía que estuvo suficientemente sobria para disfrutarlo.