Juntos Por Siempre (Sherman x Tim)

Capítulo 8

Una vez que los padres de Tim llegaron, sus semblantes reflejaban la angustia y preocupación que tenían en ese momento.

- Sherman, dime por favor que Tim esta contigo -dijo la madre de Tim angustiada

Sherman seguía confundido de ver a los padres de Tim, después salió de sus pensamientos

- No, Tim no esta aquí, además ni siquiera fue a la escuela hoy, e incluso le estuve llamando pero él jamás contesto -respondió Sherman mirando a los señores Templeton
- De hecho ya iba a ir a verlo a su casa -termino de decir

- Es que esa es la cuestión, Tim no esta en la casa -el padre de Tim comento igual de angustiado que su esposa

- Esta mañana Tim salió de la casa para irse a la escuela, y es hora que no llega, además me parece extraño que mi hijo no allá entrado a la escuela hoy -dijo la madre de Tim

Sherman se quedo atónito con la notícia, corrió desesperado y bajo por el ascensor. El señor Peabody y los señores Templeton salieron detrás de él.

Ya en la calle, Sherman comenzo a gritar desesperadamente

- ¡Tim!, ¡Tim! -no obtuvo respuesta, Sherman seguía gritando sin importarle que despertará a alguien o le diera algo por el frío que hacía esa noche y no estar del todo abrigado

Pasaron cinco minutos, hasta que Sherman se canso de gritar y se soltó a llorar

El señor Peabody y los padres de Tim lograron alcanzar al pelirrojo

Peabody al ver tan devastado a su hijo quién se encontraba sentado en medió de la calle, corrió hacía él, se percató que Sherman estaba temblando

- Tranquilo, todo va a estar bien -dijo el señor Peabody tratando de tranquilizar un poco a Sherman

Los padres de Tim al ver esa escena, y al procesar lo que Sherman les había comentado hace unos minutos, se dieron cuenta que nada estaba bien y que probablemente, la vida de su hijo corría peligro.

En algún lado de la cuidad.

La mente de Tim creo una escena, más bien era un sueño que el castaño estaba teniendo, en su sueño se encontraba a él y a Sherman de niños, jugando en el parqué, cómo solían hacerlo antes, tan pronto esas versiones de niños se encontraban a sus versiones de adolescentes, sólo que allí tenían catorce años, y después se encontraban a sus versiones de casi adultos de veintiocho años, en dónde veían orgullosos esas escenas, en la escena de adultos, Sherman y Tim se encontraban tomados de las manos, mirándose frente a frente, se dieron un apasionado beso, cuándo de pronto se escuchó un fuerte estruendo, el suelo que ellos pisaban se había partido a la mitad haciendo que el castaño cayera por un precipicio, mientras que Sherman gritaba su nombre.

Fue allí dónde Tim despertó, quería moverse pero le fue inútil, pues sentía sus manos y pies amarrados con una cuerda, quiso gritar, pero tan pronto se dio cuenta que iba a hacer en vano, pues tenía un pañuelo en la boca. Todo a su alrededor era obscuro, pero era porque tenía tapados los ojos, Tim sentía que estaba atrapado en un laberinto, un laberinto que no tiene una salida, y que esa salida no será del todo fácil.

Al día siguiente.

Era día de escuela, Sherman realmente no quería ir, estaba acostado en su cama, no pudo dormir toda la noche, se la paso en vela llorando por Tim. Pero, ¿Dónde ésta Tim? o ¿Dónde podrá estar Tim?, eran las preguntas que rondaban por la cabeza de Sherman.

El señor Peabody se dió cuenta que todo esto realmente tenía devastado a Sherman, realmente el chico estaba tan deprimido, Peabody recordó cuándo su hijo comenzó la adolescencia, y a sus trece años la depresión lo recibió con los brazos abiertos, en aquél entonces, Sherman lloraba por cualquier cosa, por suerte su padre le había comentado sobre los cambios que iba a experimentar tanto físicos, hormonales cómo emocionales, y que por más vulnerable que estuviera, no se rindiera por ninguna adversidad. Claro eso fue en la adolescencia, una pelea entre Sherman con sus emociones y el manejo que tenía que aprender ante ello, pero ahora, Peabody sabía que Sherman estaba así por una situación.
Peabody le propuso a Sherman que fuera a la escuela hoy, lo hacía cómo un método de distracción para su hijo, ya que sabía que si Sherman se quedaba todo el día en casa, no iba a hacer otra cosa que no fuera deprimirse más, viendo las fotos que tenía con Tim en su celular.